Foto: Henry Kissinger |
el 11 de septiembre de 2001. Allende, que era socialista, contaba con mucho apoyo popular en su país, pero sus políticas eran el anatema de las élites de Chile y Estados Unidos, por lo que el entonces Presidente estadounidense, Richard Nixon, y su Secretario de Estado y asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger, apoyaron el intento de derrocarlo.
El papel que desempeñó Kissinger en la planificación del
golpe de Estado en Chile en 1973 queda más claro a medida que pasan los años y
surgen nuevos documentos, que el propio Kissinger intentó mantener en secreto.
Peter Kornbluh, de la organización sin fines de lucro National Security Archive
(Archivo de Seguridad Nacional), ha revelado las pruebas durante años, y
recientemente actualizó su libro “Pinochet: los archivos secretos”. Kornbluh me
dijo que Kissinger “fue el principal responsable de idear la política para
derrocar a Allende e incluso de apoyar a Pinochet y las violaciones de los
derechos humanos que ocurrieron durante su régimen”. Afirmó que Kissinger
“presionó a Nixon para que asumiera una política agresiva, pero encubierta,
para lograr derrocar a Allende, desestabilizar su capacidad de gobernar y
generar lo que Kissinger denominó 'un clima golpista'”.
El régimen de Pinochet fue violento, represivo y un aliado
cercano de Estados Unidos. Pinochet formó alianzas con otros regímenes
militares de América del Sur, que crearon el “Plan Cóndor”, una campaña de
terrorismo de Estado y asesinatos coordinados en Argentina, Bolivia, Brasil,
Chile, Paraguay y Uruguay. El Plan Cóndor incluso llegó a las calles de
Washington D.C. cuando, el 21 de septiembre de 1976, el ex embajador chileno en
Estados Unidos durante el gobierno de Allende, Orlando Letelier, fue asesinado
junto a su asistente, un ciudadano estadounidense llamado Ronni Moffitt, en un
atentado con coche bomba perpetrado por la policía secreta de Pinochet en la
zona de las embajadas, a apenas unas cuadras de la Casa Blanca.
Finalmente, tras la creciente condena mundial y la
resistencia no violenta dentro del país, el régimen de Pinochet se vio obligado
a realizar un plebiscito en el que se decidiría si Pinochet debía continuar
como dictador en Chile. La población rechazó al gobierno de Pinochet con un
“NO” rotundo, y dio paso a la actual era democrática en Chile.
Al menos dos ciudadanos estadounidenses fueron asesinados
durante el golpe de 1973. Charles Horman y Frank Teruggi viajaron a Chile para
ser testigos de la experiencia democrática que se estaba desarrollando en el
país. Trabajaban como escritores y periodistas. Su secuestro y asesinato por
parte de las fuerzas de Pinochet, con la posible colaboración del Gobierno
estadounidense, fueron representados en la película “Desaparecido” del director
Costa Gavras, con Jack Lemmon y Sissy Spacek como protagonistas. En Chile, la
película “Desaparecido” fue prohibida por el régimen de Pinochet. Con motivo
del 40 aniversario del golpe de Estado, la viuda de Charles Horman, Joyce
Horman, realizó una ceremonia conmemorativa en la ciudad de Nueva York. El
evento fue organizado por la fundación Charles Horman Truth Foundation y atrajo
a cientos de personas, muchas de las cuales formaron parte del Gobierno de
Allende, perdieron familiares durante la dictadura, o se vieron obligadas a
exiliarse de Chile durante aquellos terribles años.
Entre los asistentes estaba Juan Garcés, un ciudadano
español que fue asesor personal del Presidente Allende. Garcés estaba con
Allende en el Palacio de la Moneda el 11 de septiembre de 1973. Poco antes de
que el palacio fuera bombardeado por la fuerza aérea, Allende acompañó a Garcés
a la puerta y le dijo que saliera y le contara al mundo lo que había sucedido
aquel día.
Allende murió durante el golpe, y Garcés apenas logró
escapar de Chile con vida. Años después presentó una denuncia penal contra
Pinochet, y finalmente logró que se lo arrestara en Gran Bretaña en 1998, donde
Pinochet permaneció detenido durante 504 días. Si bien finalmente Pinochet pudo
regresar a Chile, más tarde fue procesado allí y tuvo que afrontar un juicio y
la prisión. Murió en 2006 bajo arresto domiciliario a los 91 años de edad.
Hoy en día, Juan Garcés considera que hay alarmantes
similitudes entre la represión en Chile y las actuales políticas
estadounidenses: “Realizan entregas extraordinarias, ejecuciones
extrajudiciales. Tienen centros de detención secretos. El recurso de habeas
corpus es ineficaz. Me preocupa mucho que los mismos métodos que se utilizaron
en Chile durante la dictadura, con el conocimiento y el apoyo del Gobierno de
Nixon y Kissinger, ahora se estén utilizando en muchos países, con otra excusa,
con el apoyo de Estados Unidos. Considero que es algo muy peligroso para
todos”.
En lugar de reunirse con Kissinger para buscar
asesoramiento, John Kerry debería apoyar la paz y consultar a personas como
Garcés, que han dedicado su vida a luchar por esa causa. El único motivo por el
que se debería buscar a Henry Kissinger es para llevarlo ante la justicia, al
igual que Pinochet.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro
"Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono
Sur.
Texto
en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy
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