Lev Vigotsky ✆ Juan Atacho |
Esto nos lleva a otro aspecto, relacionado, de la recepción
de su obra, en el mundo y en nuestro país: la creación de narrativas, bastante
instaladas y reproducidas, sobre el autor y su obra. Narrativas destinadas a
legitimar tal o cual corriente como continuadora del proyecto vigotskiano pero
alejadas de la historia concreta del desarrollo de su vida, pensamiento y
proyecto intelectual y político5. Relatos que lo señalan como solo un gran
psicólogo o académico; otros, ligados a la anterior, según la cual habría
elaborado su teoría psicológica junto a sus –supuestamente– fieles
colaboradores y amigos Luria y Leontiev (la “troika”) durante solo diez
–fulgurantes– años, entre 1924 y 1934. Otras narrativas tienen que ver con la
valoración de su obra, en la cual se resaltan unos u otros textos o momentos
(como el de las relaciones entre aprendizaje y desarrollo, o entre funciones
psicológicas inferiores y superiores resaltando la actividad mediada),
escindidos del proyecto global de construcción de una psicología general.
En el caso del mito de la “troika”, se trata de parte de una
operación que encubre y legitima la apropiación del legado bajo otros
presupuestos por parte de Leontiev y Luria y más tarde de otros (como el
mencionado Bruner o Michael Cole), que reclamarán sus credenciales vigotskianas
mientras presentan un recorte parcial y despojando de su concepción integral
(epistemológica y política, revolucionaria) de la dialéctica marxista.
Digamos lo obvio: tanto la manipulación editorial como las
narrativas convergen en las dificultades para establecer la obra misma –qué
escribió Vigotsky efectivamente, qué publicó y qué no, en qué momentos, etc. En
este sentido el caso del marxista ruso puede relacionarse –con todas las
diferencias del caso– con el de Gramsci6, sobre cuya obra ha sido necesario un
importante trabajo filológico de establecimiento del corpus definitivo de
textos. Pero en este caso, a diferencia del italiano, no fueron la cárcel y el
fascismo, sino el desarrollo de la estalinización de los ámbitos académicos en
el Estado soviético, así como las manipulaciones posteriores a la hora de
editar la obra fuera de la URSS (fundamentalmente desde mediados de los ‘50),
las circunstancias que determinaron todo tipo de operaciones sobre ésta.
Desmontando mitos y estableciendo un archivo
Por todo esto resulta muy relevante la reciente edición de Revisionist revolution in Vigotsky Studies 7 [La
revolución revisionista en estudios sobre Vigotsky], editado por Anton
Yasnitsky y René van der Veer, que sintetiza gran parte del trabajo de
investigación filológica e histórica que vienen haciendo los autores junto a un
equipo de investigadores desde hace al menos una década. Según los autores, lo
“revolucionario” de su proyecto se encuentra en la recuperación y puesta a
disposición del archivo. Mientras que el “revisionismo” apunta a la
deconstrucción de los mitos celebratorios alrededor del autor, la crítica al
camarillismo, la hagiografía y el ritualismo que los construyeron, al tiempo
que historizar críticamente el camino de las relaciones transnacionales que fue
siguiendo la corriente. Se trata, señalan, de “superar el viejo modelo de
ciencia ‘estalinista’ y cultista todavía dominante en el campo vigotskiano ruso
y occidental y ayudarnos a avanzar a nuevas alturas en el futuro. O, por el
contrario, dirigirnos hacia atrás, hacia el pasado revolucionario
pre-estalinista del proyecto bolchevique de reconstrucción social y cultural.
Ambas opciones son buenas”8.
El libro está dividido en tres partes. La primera apunta a
la reconstrucción histórica de la psicología soviética, desde los años ‘20
hasta la actualidad, mostrando el desarrollo de una “ciencia estalinista”, para
explicar el surgimiento de las narrativas sobre Vigotsky, fundamentalmente el
de la supuesta “troika” (Vigotsky, Leontiev y Luria) y reponiendo en su lugar
los heterogéneos grupos de investigación ligados a Vigotsky desde los años ‘20 hasta
su muerte en 1934. En estos se resalta un modo de hacer ciencia colaborativo,
heterogéneo en disciplinas y geografías, y basado en las necesidades
científicas de la reconfiguración revolucionaria de la sociedad (por ejemplo,
Eisenstein será uno de los miembros de este círculo). Vemos así como el mito de
origen que une a los tres autores surge luego de la muerte del primero y en
medio del acomodamiento de Leontiev9 y Luria a la burocracia a fines de
los años ‘30 en lo que los autores denominan la “edad de oro de la psicología
vigotskiana”. Queda ubicado así un nudo histórico en el cual la obra es
adaptada al canon estalinista al mismo tiempo que celebrada, mediante todo tipo
de manipulación (incluso la censura).
En este punto los autores intentan desmontar la narrativa
oral, de “victimización” de Vigotsky durante los ‘30, y luego exportada a
Occidente (por Luria, entre otros, y muy presente en textos académicos), que
plantea la continuidad entre el marxismo de Vigotsky y sus “mejores alumnos”,
como los citados Leontiev y Luria, entre otros. En su lugar, los autores
muestran los modos particulares en los que la estalinización condicionó el
desarrollo del programa vigotskiano, que sí incluyó la prohibición de varias de
sus principales obras y la eliminación por decreto del campo psicológico
disciplinar más impulsado por Vigotsky, la pedología –suerte de estudios sobre
la niñez– en 1936, y que, sobre todo, implicó esta reapropiación teórica de la
obra por parte de la “teoría de la actividad” de Leontiev.
Como punto crítico, encontramos acá que, por un lado, el
análisis da cuenta de un sesgo academicista. Por ejemplo, se basa mayormente en
unidades de análisis muy limitadas, como “círculo académico” o “redes
informales”, así como en análisis cuantitativos de publicación de textos
“académicos”, dejando de lado aspectos cualitativos políticos y sociales
propios del momento histórico apoyada en una mirada histórica superficial del
proceso revolucionario. Así, por ejemplo, se acentúa mucho que no hubo
persecución ni prohibición, pero se desecha demasiado livianamente el argumento
de que la concepción del marxismo que sostenía Vigotsky estaba reñida con el
trato que le dispensaban las camarillas alineadas con la interpretación oficial
positivista del marxismo, contra lo cual encontramos el testimonio del mismo
Vigotsky en su archivo personal. O el hecho de que buena parte de la
prohibición recayó sobre textos considerados “trotskistas” y buena parte de la
censura sobre citas (de carácter más general, estratégico) del mismo Trotsky10.
De conjunto, podemos decir que un límite que tiene el libro es que parte de una
mirada histórica extremadamente superficial del período histórico11.
La segunda parte, a nuestro juicio la más lograda, se centra
en los textos y el legado del autor: ¿Quién escribió a Vigotsky? ¿Qué escribió
él efectivamente? ¿Cuáles de sus textos constituyen el núcleo teórico de su
pensamiento, o cuál es el Vigotsky real? Sin intentar reponer todo el
recorrido, digamos solamente que sus principales obras nunca fueron publicadas
en vida, sus principales conceptos (ZDP o la localización dinámica de las
funciones psicológicas cerebrales) solo se popularizaron recientemente, e
incluso muchas de sus publicaciones en vida fueron ignoradas por los propios
continuadores.
Encontramos aquí también un análisis minucioso sobre el
abundante archivo personal: notas personales, cartas, series de documentos,
tarjetas de biblioteca y cuadernos. Se abre así todo un mundo inexplorado:
Más que en cualquier otro lugar –señala la autora de este
apartado–, en estas notas uno siente la presencia directa de Vigotsky como una
persona colorida y abierta al mismo tiempo que una figura trágica, que pensaba
que disponía de poco tiempo para una tarea inmensa […] la creación de una
teoría psicológica general “superadora” de los abordajes precedentes y
permitiría superar la crisis en la psicología12.
Pero este objetivo corría parejo con la tarea histórica
revolucionaria que se proponía. Por ejemplo, encontramos acá las notas de viaje
al congreso mundial de educación de niños sordomudos en Londres en 1925, donde
presentó una ponencia discutiendo el problema pedagógico particular de la
educación del niño sordomudo ligado a la necesidad de subvertir el lugar
asignado a la niñez en la sociedad capitalista y contrastando con las políticas
del Estado obrero13. En éstas, se muestra profundamente conmovido por el viaje
y por su lugar como representante de aquel.
Encontramos acá el pensamiento vivo de Vigotsky en acción: insights,
proyectos, opiniones sobre otros psicólogos y citas omitidas en obras clave
como El significado histórico de la
crisis en psicología, etc. Por ejemplo, encontramos un proyecto para un
futuro libro, Zoön politikón: la clave para la psicología del hombre, en
el cual planeaba dar un esquema de una teoría de la conciencia basada en su
origen social con tres partes dedicadas a Marx, Freud (que se revela, junto con
Kurt Lewin, como unos de sus principales interlocutores, mucho más presente que
lo que aparece en los textos publicados), y Lipps. También encontramos los
trazos de un giro tardío en sus elaboraciones hacia la conciencia como un
sistema semántico dinámico, el interés por el estudio de las emociones
alrededor de la experiencia emocional (en ruso, Perezhivanie, síntesis de
afecto y razón) y hacia el estudio de la localización sistémica de las
funciones psicológicas superiores y los estudios clínicos de todo tipo. Al
mismo tiempo vemos emerger la progresiva crítica estalinista (“idealista”,
“anti-marxista”, “metodológicamente diletante”, “falta de dialéctica”), y el
hastío de Vigotsky.
Finalmente, un tercer bloque recorre el proceso de
exportación e importación de la obra vigoskiana al ámbito anglosajón y francés,
plantea las bases para un historia transnacional de la ciencia vigotskiana.
También se pasa revista a las experiencias sobre desarrollo de pensamiento
conceptual en Asia central de Luria en 1931-32 y las controversias abiertas al
respecto, así como la relaciones entre Vigotsky, Luria y otros psicólogos
gestálticos.
Como aspecto crítico del libro y aún reconociendo que se
trata de aportes invaluables para la recuperación de la herencia vigotskiana
(sobro todo el trabajo filológico) tenemos que decir que encontramos un límite
a la reconstrucción propuesta al explorar a un autor que constantemente pone en
juego una concepción unificada del marxismo (en tanto método y estrategia
política), con criterios académicos disciplinares, se pierde lo que debería ser
el hilo conductor de la reconstrucción histórica para dar cuenta de la complejidad
de la empresa abordada. En este sentido, el análisis propuesto contrasta con el
enfoque del historiador Guillermo Blanck, que justamente partía de resaltar esa
característica en el marxista soviético, fue pionero en la deconstrucción de
los mitos vigotskianos y dejó numerosas y valiosas traducciones y ediciones14.
En definitiva, podemos decir que el principal mérito del
libro es filológico, está ligado a la recuperación de la obra del marxista
soviético, su establecimiento y puesta a disposición del público. Se trata de
muy buenas noticias para quienes nos proponemos rescatar este legado para
pensar en psicología por fuera de dualismos y reduccionismos, así como enriquecer
el punto de vista marxista sobre la subjetividad.
Notas
1. Ver IdZ 10,
14 y 18.
2. Sintéticamente,
implica la distancia entre el desarrollo real (ya alcanzado) y el potencial
(por medio de la imitación de alguien más capaz), y una visión dialéctica en la
cual el aprendizaje tracciona al desarrollo. El texto en cuestión es Vygotsky,
Lev, El desarrollo de los procesos psicológicos superiores,
Crítica, Barcelona, 2006 [traducción de Mind in Society. The
Development of higher psychological processes, Cambridge, 1978, editada por
Michael Cole, Vera John Steiner y Sylvia Scribner]. Sobre el mismo, en el libro
que reseñamos se señala que: “Los editores confesaron que ‘habían construido
los primeros cuatro capítulos de este volumen desde ‘Herramienta y Símbolo’;
luego el capítulo 5 ‘fue tomado de la sección 3’ de otro manuscrito recibido de
Luria; el capítulo 6 y 8 fueron tomados de ensayos póstumos de Vigotsky correspondientes
a diferentes períodos; y, finalmente, el capítulo 7 se basó en una charla sobre
el juego de 1933”. Y todo sin aclarar una palabra, o sea, un fraude editorial.
3. Vygotsky, Lev, Pensamiento
y lenguaje, Buenos Aires, Lautaro, 1964; Fausto, 1998.
4. Vigotski, Lev, Pensamiento
y habla, Colihue, Buenos Aires, 2007. Es destacable la nota introductoria
del traductor Alejandro González.
5. Por lo demás,
se trata de algo extendido en las disciplinas psi, y el caso de desarrollo del
freudianismo es paradigmático en este sentido.
6. Ver Liguori,
Guido. “Los estudios gramscianos hoy”,
en Modonesi Massimo (coord..), Horizontes gramscianos. Estudios en
torno al pensamiento de Gramsci, México DF, Facultad de Ciencias Sociales y
Políticas UNAM, 2013.
7. Yasnitsky,
Anton y van der Veer, René (Ed.). Revisionist Revolution in Vygotsky
Studies, Londres, Routledge, 2016. Para mediados de año está prevista la
edición en castellano de libro, que incluirá un apartado sobre la recepción de
la obra de Vigotsky en nuestro país.
8. Yasnitsky, Anton,
ob. cit., p. 26 (traducción nuestra).
9. Ambos ocuparán
un lugar destacado en la psicología y neuropsicología soviética, llegando
Leontiev a dirigir la sección de psicología de la universidad estatal de Moscú,
y a fundar una teoría “sociohistórica” de la psicología basada en la “teoría de
la actividad” mediada basada solo en ciertos aspectos de los planteos
vigotskianos, dejando de lado su método. Luria se convirtió en una referencia
soviética y mundial en neuropsicología, y tuvo un rol clave en la difusión de
la obra del Vigotsky en Occidente.
10. Psicología
pedagógica (1925), prohibida, y Psicología del arte (1925/6), muy censurada, en
las cuales encontramos largas citas del revolucionario como cierre, son dos
casos paradigmáticos.
11. La única
referencia histórica del autor para este período es la de la historiadora
Sheila Fitzpatrik, quien sostiene una visión crítica liberal-conservadora. Al
respecto, ver Feijoó, Cecilia, “A propósito del libro La Revolución
Rusa de Sheila Fitzpatrick”, en Estrategia Internacional 24,
diciembre de 2007.
12. Yasnitsky,
Anton, ob. cit., p. 95 (traducción nuestra).
13. Vygotsky, Lev.
“Principios de educación social de los niños sordomudos” (1925). En Obras
escogidas, Barcelona, Visor, 1991.
14. Ver, por
ejemplo, su prefacio a la edición y traducción a su cargo de Vigotski, Lev, Psicología
pedagógica(1926), Buenos Aires, Aiqué, 2005.
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