Es un hecho constatable la caída en los precios
internacionales de las materias primas y alimentos (comodities) en los mercados internacionales de capitales a partir
del 2012. El caso del petróleo es ilustrativo; sus precios presentaron
oscilaciones recurrentes en las últimas décadas. Así, en el lapso 1988-2001
mantuvieron una relativa estabilidad moviéndose en la franja que va de 15 a 40
dólares barril siendo el punto más alto el año 1990 debido a la invasión
norteamericana en el golfo pérsico, mientras que el punto más bajo quedó
evidenciado en 1998 a causa de la crisis económica internacional que en ese
momento focalizada en los llamados tigres asiáticos y en Rusia. Durante el
lapso 2002-2008, lo precios del crudo llegaron al tope máximo alcanzando los
146 dólares barril. La crisis general del neoliberalismo en 2007-2008/1 hizo
que los precios se descolgaran a 36 dólares barril y a la salida de la misma
volvieron a superar los 100 dólares para caer nuevamente en el lapso 2012-2014
a los niveles actuales en donde fluctúan entre los 36 y los 50 dólares barril.
(ver Gráfica 1).
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
19/6/16
Crisis del capitalismo periférico y la bancarrota del extractivismo
Daniel Libreros, Camila Galindo & John Gómez
18/6/16
Francia: ¡bienvenida la lucha de clases!
En Las luchas de
clases en Francia (1850) –una serie de artículos publicados luego como
panfleto separado (1895)–, Carlos Marx, analizando las grandes transformaciones
políticas por las que a mitad del siglo XIX pasa este país, describe la lucha
de clases como “política ejercida en ‘terreno ideológico’ y en ‘disfraces
ideológicos’”. Hoy, desde luego, seguimos en el terreno ideológico e incluso
–por la contraofensiva del neoliberalismo– quizás más que nunca. Seguimos, también, en el teatro de los disfraces. En la
escena política francesa destacan las patéticas figuras de François Hollande y
Manuel Valls, que sólo andan de socialistas para representar mejor los intereses
clasistas de la patronal y del gran capital. Pero después de varios años de
aburrimiento y tras oscuros meses de desmovilización por las amenazas del
terror y miedo inducido desde el Estado, finalmente se caen las máscaras.
Las intensas movilizaciones sindicales –huelgas, piquetes,
bloqueos, hasta luchas en las barricadas– y el surgimiento del movimiento Nuit
debout en respuesta a la neoliberal reforma laboral que aumenta horas de
trabajo, facilita despidos, anula la negociación colectiva y contratos por rama
gremial, arrastrando a los trabajadores de vuelta al siglo XIX y tiempos de
Marx, constituyen un nuevo capítulo en las luchas de clases en Francia.
Francia es el centro de la crisis europea
El ambiente en París, ciudad en la que palpita el corazón de
Francia, se está haciendo más rebelde. Desde que el 19 de febrero se colgara en
la red la llamada contra la ley laboral que fue inmediatamente firmada por más
de un millón de personas, se han sucedido nueve jornadas de protesta y huelga
sindical, y multitud de manifestaciones. En ese caldo nació la ocupación de las
plazas, el 31 de marzo, y se alzaron los estudiantes. Desde entonces cada día
ocurre algo, algún desafío, alguna protesta. Qué lejos queda el ambiente del
pasado otoño, cuando era el Frente Nacional quien determinaba los temas del
debate público y las políticas xenófobas, identitarias y de seguridad ante el
terrorismo. Hoy es lo social lo que prima. Y como telón de fondo, cada vez más presente,
el descrédito de la Unión Europea.
El epicentro del problema no es el Brexit. Una eventual salida del Reino Unido de la UE es económicamente
irrelevante (hay mucha exageración ahí), pero políticamente debilitaría la
influencia de Estados Unidos, del que el Reino Unido ha sido el más solicito
servidor, en el continente. Solo por eso harán cualquier cosa por evitarla,
pero el verdadero problema está en Francia. Fue Francia, no Inglaterra, la
fundadora de lo que se está desmoronando desde 2007. Y es aquí donde se
decidirá la verdadera partida.
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Crónica,
Francia,
Rafael Poch
16/6/16
Friedrich Hölderlin y el asalto de los cielos
Friedrich Holderlin ✆ Fabrizio Cassetta |
Helena Cortés Gabaudan
No hace mucho que el conocido líder de uno de los partidos
políticos surgidos recientemente en España usaba como eslogan de éxito la
metáfora ‘asaltar el cielo’,
haciéndola sinónima de un acto de rebeldía consistente en tomar por la fuerza,
sin aguardar ‘consenso’, ese lugar donde normalmente sólo pueden habitar los
dioses y que los mortales contemplan cohibidos desde abajo, consumando de esa
guisa una suerte de revolución o inversión. Esta expresión tan de moda en la
reciente actualidad española[1]
era ya de uso bien conocido en Alemania desde hace tiempo, habiendo pasado por
bocas y plumas germánicas tan célebres como la de Carlos Marx –hablando en una
carta a Ludwig Kugelmann del ejemplo dado por los insurrectos parisinos de La
Comuna– como también de Hitler, quien hacía gala con ella de la eficacia de su
sexto ejército de élite, con el que –según él– podría “asaltar el cielo”. A su
vez, este giro tenía ya antecedentes en el ámbito romántico-alemán, cuyos
pensadores no hacían sino utilizar una metáfora procedente del mundo griego
basada en el célebre mito de los gigantes hijos de Poseidón que trataron de
saltar el Olimpo para derrocar a los dioses.
Pues bien, aprovechando la fortuna mediática de que goza en
estos momentos dicha frase, vamos a pararnos a analizar aquí –al margen de
cualquier conexión con la actualidad política– cuál era realmente el sentido y
alcance de la misma cuando fue usada y acuñada con fortuna por el poeta alemán
Friedrich Hölderlin en las postrimerías del siglo XVIII. El alcance de dicha
expresión en su obra no es para nada baladí, ya que también el contexto en que
usa Hölderlin la frase es netamente político y ayuda a esclarecer cuál fue su
idea respecto a los métodos y posibilidades de implantación de la democracia en
su contexto histórico particular.
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Arte,
Friedrich Hölderlin,
Poesía
11/6/16
La relación locura-literatura según Michel Foucault
En el presente trabajo trataremos de abordar la relación entre locura y literatura que ha establecido Michel Foucault, necesitando para ello hacer una revisión de su pensamiento, por ello, en la primera parte se hace un breve recorrido por las ideas más sobresalientes al respecto. La segunda parte presenta una exposición del texto “La locura, la ausencia de obra”, para finalmente recoger en la última parte las conclusiones del trabajo.
Foucault (1926-1984) se ha configurado como un
pensador de suma importancia no solamente en el ámbito filosófico, también es
un referente en otros campos del conocimiento: psicología, historia, política,
por mencionar algunos. De sus datos biográficos Minello Martini (1999) menciona
que nació en el seno de una familia burguesa en Francia en el año de 1926.
Entre los movimientos socio-políticos entre los que se desenvuelve su vida se
encuentran: la coalición de partidos políticos de izquierda, la Guerra Civil
Española, los conflictos de su país con Alemania por los territorios
fronterizos de Alsacia y Lorena, así como la Segunda Guerra Mundial. También
hace notar que predominan en el ambiente filosófico en los años que van del 45
al 60 las fenomenologías y el hegelianismo y a partir del 60 hay un
predominio del estructuralismo, además permeaba en el ambiente el legado de
Kant, así como el de Descartes.
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Literatura,
Michel Foucault
9/6/16
Jackson Pollock: una crítica de su éxito
Jackson Pollock ✆ Nº 1, 1950 |
Seguimos rezando periódicamente a Jackson Pollock, no solo porque es un gran artista profundamente estadounidense, sino porque su mitología fluctúa en un mercado que solo podemos calificar de saturado para su arte. Hubo una época en que Pollock y sus demás colegas –Gorky y De Kooning– eran terriblemente pobres, pero su tenacidad y creatividad se tradujeron en enormes cantidades de dinero contante y sonante. Aún hoy existen artistas que quieren hacer carrera manteniendo estilos que hacen referencia activa a un movimiento que tuvo su momento de esplendor… ¡a mediados del siglo pasado! Después de todo el tiempo que ha pasado, los neoyorquinos siguen empeñados en la relevancia del arte expresionista, creado en su mayor parte sin un sujeto reconocible. Parece como si el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) organizara una exposición de Pollock cada dos años, más o menos. Tal vez esto sea una exageración, pero lo cierto es que no somos capaces de dejar que el tipo se disuelva pacíficamente en la historia del arte. Esto guarda relación con un determinado momento de Estados Unidos: el breve periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando habíamos salvado al mundo del fascismo y nuestras ocultas tácticas imperialistas no habían salido a la luz.
◆ English |
Es importante situar a Pollock en su contexto, sin el cual
podríamos sucumbir al mito de su incuestionada grandeza. Sus depresiones, su
debilidad por las mujeres y su alcoholismo construyeron una fama que le
precedía y rodeaba como persona, pero que no explicaba necesariamente el éxito
de su creatividad. Pollock, más o menos un chico malo –recordemos al pintor
orinando en la chimenea de la famosa coleccionista Peggy Guggenheim en Nueva
York–, superó con bastante tenacidad sus vulnerabilidades y cambios de humor
para producir, durante poco menos de diez años, un conjunto de obras que siguen
siendo sobresalientes, luminosamente inspiradas, y que conservan una frescura
técnica y estilística.
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Jackson Pollock,
Pintura
6/6/16
La conspiración de los robots
Paula Bach
Las páginas de la prensa en general y la británica en
particular están desde hace un tiempo plagadas de información sobre las
habilidades de los robots, los vehículos “driverless” y la “inteligencia
artificial”. Autos sin conductor diseñados por Google,barcos autónomos ideados por el Pentágono, humanoides que podrían operarcon escasa colaboración de
médicos de carne y hueso, robots pensados por Airbus para trabajar junto a humanos en la línea de montaje
o la plataforma de inteligencia artificial Amelia que, según dicen, maneja treinta idiomas y
puede aprender a interactuar con humanos.
Pero la información -que se ocupa de destacar
particularmente imágenes humanoides- no viene sola ni es gratis. Su correlato
lo constituyen insistentes preguntas aviesas del tipo: “Robots: ¿amigos o
enemigos del hombre?”, “¿más o menos eficaces que los humanos?” “¿los robots
son buenos o malos para la humanidad? o, más directamente, afirmaciones tales
como: “millones de trabajadores perderán sus empleos”.
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Crónica,
Paula Bach
30/5/16
Hace 100 años Lenin publicó “El imperialismo. Fase superior del capitalismo”
Eduardo Lucita
Hace cien años un simple folleto daba cuenta de las
profundas modificaciones que estaban ocurriendo en el sistema capitalista
mundial y que se manifestarían a lo largo de todo el siglo pasado. Hoy las
evidencias indican que se estaría en una nueva fase dentro de lo que desde
entonces se conocería como fase superior.
En 1916 editado como un folleto –1ra. Edición como libro en
1917- apareció “El imperialismo.
Fase superior del capitalismo” del líder de la revolución bolchevique
V. I. Lenin. En cierta forma el texto siguió el mismo derrotero que El
Manifiesto Comunista de Marx y Engels, editados para la coyuntura
terminaron siendo libros de lectura imprescindible para comprender la evolución
del capitalismo contemporáneo y para la formación de generaciones y generaciones
de jóvenes que soñaron –muchos lo hacen aún- con cambiar el mundo de raíz.
25/5/16
Lenin y el Bolchevismo
Lenin ✆ Andreev |
Lars T. Lih
En un reciente debate en la red, ha salido con frecuencia la
cuestión de las ideas de Lenin sobre la relación entre el bolchevismo y el
partido en su conjunto. Me gustaría arrojar algo de luz a este problema
examinando sus puntos de vista en tres momentos: 1912, 1917 y 1920. En este
primer artículo, examinaré el material de 1912.
Las ideas de Lenin sobre este asunto en los años previos a
la I Guerra Mundial pueden ser resumidas sucintamente: el bolchevismo es una
fracción (fraktsiia), una parte de un
todo mayor, es decir, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). El
bolchevismo era un partido dentro de un partido: igual que el POSDR
representaba una plataforma dentro de la sociedad en general, el bolchevismo defendía
un conjunto específico de ideas tácticas dentro del más amplio Partido Social
Demócrata. Como un partido político frente a la sociedad, la fracción
bolchevique tenía ideas particulares sobre el funcionamiento del partido:
propagaba esas ideas y trató de hacer que las instituciones centrales del
partido se inspiraran en ellas. Pero incluso cuando el bolchevismo tuvo el
control del Comité Central, no se convirtió en el partido. Uno podía aún ser
miembro del partido y no ser bolchevique; de hecho esto era visto como la
situación normal. «Fraktsiia ne est’
partiia»: Una fracción no es un partido.
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Ensayos,
Historia,
Lars T. Lih,
Lenin
13/5/16
Origen y auge de las lumpenburguesías latinoamericanas — Élites económicas y decadencia sistémica
Factor X © Silvia Lavric |
Jorge Beinstein
A raíz de la
llegada Mauricio Macri a la presidencia se desato en algunos círculos académicos
argentinos la reflexión en torno del “modelo económico” que la derecha estaba intentando imponer. Se trato no solo
de hurgar en los Curriculum vitæ de ministros, secretarios de estado y otros
altos funcionarios sino sobre todo en la avalancha de decretos que desde el
primer día de gobierno se precipitaron sobre el país. Buscarle coherencia
estratégica a ese conjunto fue una tarea ardua que a cada paso chocaba con contradicciones
que obligaban a desechar hipótesis sin que se pudiera llegar a un esquema
mínimamente riguroso. La mayor de ellas fue probablemente la flagrante contradicción
entre medidas que destruyen el mercado interno para favorecer a una supuesta
ola exportadora evidentemente inviable ante el repliegue de la economía global,
otra es la suba de las tasas de interés que comprime al consumo y a las
inversiones a la espera de una ilusoria llegada de fondos provenientes de un
sistema financiero internacional en crisis que lo único que puede brindar es el
armado de bicicletas especulativas.
Algunos
optaron por resolver el tema adoptando definiciones abstractas tan generales como
poco operativas (“modelo favorable al gran capital”, “restauración neoliberal”,
etc.), otros decidieron seguir el estudio pero cada vez que llegaban a una
conclusión satisfactoria aparecía un nuevo hecho que les tiraba abajo el edificio
intelectual construido y finalmente unos pocos, entre los que me encuentro, llegamos
a la conclusión de que buscar una coherencia estratégica general en esas
decisiones no era una tarea fácil pero tampoco difícil sino sencillamente imposible.
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América Latina,
Crisis económica,
Jorge Beinstein,
Lumpenburguesía
11/5/16
Pensando la crisis económica mundial
◆ Tras esta breve
introducción sintetizando los nudos de la crisis económica mundial, reunimos
aquí los últimos artículos referidos a análisis y caracterización publicados por
la autora
A través del conjunto de elementos que
construyen la compleja trama de la economía mundial en la crisis vigente, hemos
analizado y distinguido en los artículos que presentamos a continuación, los
que nos han parecido los nudos conceptuales fundamentales. Nudos que a nuestro
entender permiten dar un orden al modo caótico en el que los hechos empíricos
se presentan y derivar posibles escenarios.
El estado actual de la relación China-Estados Unidos resulta
a nuestro entender uno de esos nudos. El lento crecimiento de la economía
mundial de los últimos siete años terminó estableciendo un límite al vigoroso
crecimiento chino. La menor pujanza del gigante asiático y su necesidad de
trocar el “modelo exportador” por uno mercadointernista, comienzan a
transformarlo del receptor de capitales que fue durante los últimos años en
nuevo competidor por los espacios mundiales de acumulación. Se trata de uno de
los grandes cambios de escenario que a diferencia de los años pos Lehman -sean
cuales fueran las formas que adopte- marcará las relaciones económicas y
políticas del período próximo.
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Crisis capitalista,
Crisis económica,
Paula Bach
30/4/16
Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado
1. El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha hecho que la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras forcejeen convulsivamente con el fin de hallar argumentos ideológico-políticos para defender la dominación de los explotadores. Entre esos argumentos se esgrime particularmente la condenación de la dictadura y la defensa de la democracia. La falsedad y la hipocresía de este argumento, repetido en mil variantes por la prensa capitalista y en la Conferencia de la Internacional amarilla de Berna, celebrada en febrero de 1919, son evidentes para todos los que no quieren hacer traición a los principios elementales del socialismo.
2. Ante todo, ese argumento se basa en los conceptos
«democracia en general» y «dictadura en general», sin plantear la cuestión de
qué clase se tiene presente. Ese planteamiento de la cuestión al margen de las
clases o por encima de ellas, ese planteamiento de la cuestión desde el punto
de vista –como dicen falsamente– de todo el pueblo, es una descarada mofa de la
teoría principal del socialismo, a saber, de la teoría de la lucha de clases,
que los socialistas que se han pasado al lado de la burguesía reconocen de
palabra y olvidan en la práctica. Porque en ningún país capitalista civilizado
existe la «democracia en general», pues lo que existe en ellos es únicamente la
democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la «democracia en general»,
sino de la dictadura de la clase, es decir, del proletariado, sobre los
opresores y los explotadores, es decir, sobre la burguesía, con el fin de
vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su
dominación.
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