1. La función cognitiva de producir pensamientos y
representar hechos
2. La función expresiva de exteriorizar sentimientos
y suscitar emociones
3. La función comunicativa de hacer saber algo,
formular objeciones y generar acuerdo
Se pueden establecer dos puntos de vista diferentes para
enfocar las relaciones entre estas tres funciones:
Semántico: organización de los contenidos
lingüísticos, se concentra en la imagen lingüista del mundo. Humboldt trata la función cognitiva en relación con
los aspectos expresivos de la mentalidad y la forma de vida de un pueblo
Pragmático: entendimiento entre los participantes en
un diálogo el diálogo aparece en primer plano
Humboldt trata la
función cognitiva en relación con los discursos de participantes en un diálogo
en el que pueden darse mutuamente respuestas y contradecirse.
Explicación de
Habermas sobre la concepción trascendental del lenguaje de Humboldt
El concepto romántico de nación sirve como punto de
referencia para la idea de que el lenguaje posee un carácter constitutivo de la
imagen del mundo. Humboldt concibe los lenguajes como los órganos de la forma
específica de sentir y pensar de las naciones. Establece una relación
indisoluble entre la estructura, la forma interna y una determinada imagen del
mundo. El lenguaje es el órgano constitutivo de los pensamientos. Esta
concepción trascendental del lenguaje rompe con cuatro supuestos fundamentales
de la filosofía del lenguaje dominante desde Platón a Condillac:
Una concepción holista del lenguaje es incompatible con una
teoría según la cual el sentido de las oraciones complejas es el resultado de
sus elementos. Según Humboldt, las palabras aisladas obtienen su significación
a partir del contexto de la oración a la que pertenecen, las oraciones a partir
del texto en el que se insertan y los textos a partir de la articulación de
todo el vocabulario de un lenguaje. La idea de una imagen lingüísticamente
articulada del mundo que estructura la forma de vida de una comunidad no es
compatible con la tradicional tarea de designar objetos, propia de la función
cognitiva del lenguaje.
Un concepto trascendental del lenguaje es incompatible con
una concepción instrumental del lenguaje y la comunicación según la cual, a las
representaciones, los conceptos y los juicios formados prelingüísticamente se
les asignarían signos para hacer más fáciles las operaciones del pensamiento y
para poder comunicar a otras personas opiniones o intenciones.
La primacía del lenguaje sobre la intención corresponde a la
preeminencia del carácter social del lenguaje frente a los idiolectos de los
hablantes particulares. Un lenguaje crea un plexo de sentido
intersubjetivamente compartido que se manifiesta en las expresiones culturales
y en las prácticas sociales.
Como receptáculo del espíritu objetivo, el lenguaje
trasciende los espíritus subjetivos y disfruta frente a ellos de una autonomía
propia. Humboldt explica que esta objetividad es propia de todas las
expresiones simbólicas, basándose en la fuerza creadora del proceso educativo
que experimentamos cuando aprendemos un lenguaje. La tradición, todo lo que se
transmite, afecta a las generaciones siguientes. Humboldt desarrolla un modelo
expresivista del uso del lenguaje. Entre el sistema de reglas del lenguaje y la
subjetividad del hablante existe una interacción. El lenguaje tiene efectos
objetivos y autónomos en la medida en que obra subjetivamente y es dependiente.
Este proceso circular del lenguaje, que es a la vez producto (ergon) y
actividad (energeia), se pone de manifiesto un poder del individuo frente al
lenguaje similar al poder del lenguaje sobre el individuo. Mientras los diferentes
lenguajes crean diferentes visiones del mundo, el mundo mismo aparece ante
todos los hablantes como uno y el mismo. Esta idea presenta ciertas
dificultades. El lenguaje cumple la función cognitiva de representar hechos,
los hechos sólo pueden ser descritos dentro del horizonte de la correspondiente
visión del mundo lingüística. Se trata del problema de la conmensurabilidad de
las imágenes lingüísticas del mundo. La pre-comprensión del mundo completamente
estructurada por el lenguaje de los individuos es más bien “a priori arbitrario
e indiferente pero a posteriori necesario e imprescindible”. Pero Humboldt no
entiende la imagen lingüística del mundo como un universo semánticamente
cerrado del que los hablantes sólo pudieran escaparse para convertirse a otra
imagen del mundo.
A Humboldt no le preocupa ni el carácter particular de la
apertura lingüística al mundo de una nación ni la singularidad de su forma de
vida. Divide tareas. A la pragmática le asocia el poner de manifiesto la
dimensión universal del proceso de entendimiento. A la semántica el descubrir
el lenguaje como órgano formador de los pensamientos: lenguaje y realidad están
de tal forma entrelazados que al sujeto cognoscente le es imposible cualquier
acceso inmediato a una realidad no interpretada. La realidad está emparentada
con su propio lenguaje. El uso comunicativo del lenguaje se encuentra enlazado
con la función congnitiva, si quieren llegar a entender el lenguaje que les es
ajeno, partiendo de sus propias perspectivas, tienen que referirse a un punto
de convergencia supuesto en común que es el mundo objetivo. Entendemos las
expresiones lingüísticas sólo cuando conocemos aquellas circunstancias en las
que contribuirían al entendimiento sobre algo en el mundo. Una visión común de
la realidad es un presupuesto necesario para diálogos plenos de sentido.
La objetividad del propio juicio sólo se hace patente cuando
el sujeto de las representaciones ve sus pensamiento fuera de sí, si los ve en
otro ser pensante. Pero entre un pensamiento y otro no existe más mediación que
el lenguaje.
Humboldt no investigó la conexión pragmática de las
funciones cognitiva y comunicativa del lenguaje tomando como hilo conductor una
teoría argumentativa del discurso sobre las pretensiones de verdad. En vez de
eso, toma como hilo conductor la hermenéutica del entendimiento mutuo entre
distintas lenguas. En la medida en que el horizonte de la propia comprensión
del mundo se amplía, se relativizan también las propias orientaciones
valorativas.
Humboldt establece una conexión interna entre entender y
entendimiento. Además, en la praxis del entendimiento ve cómo funciona una
dinámica cognitiva que contribuye a un descentramiento de la imagen lingüística
del mundo, e indirectamente fomenta perspectivas universalistas incluso en las
cuestiones morales.
Esta conexión humanista entre hermenéutica de anchas miras e
igualitarismo moral se pierde en el historicismo de Dilthey y de Heidegger,
centrado aquél en las concepciones del mundo y éste en la historicidad del ser.
Y solamente, mediante una confrontación crítica con la hermenéutica filosófica
de nuestro siglo ha podido ser recobrada de nuevo.