A veces pensaríamos que uno de los ámbitos donde más
“libres” somos en el lenguaje: podemos expresarnos como deseemos para comunicar
un mensaje, sin embargo, la lengua es uno de los entramados sociales donde se
ponen en juego muchas cosas.
Una lectura de la Lección inaugural de Roland
Barthes nos ayuda a visualizar esos elementos “ocultos” en el uso cotidiano de
la lengua de los que somos presas. En este texto Barthes comienza por aclarar
que las dualidades significante-significado que refiere al modelo lingüístico
de Saussure, así como diacronía y sincronía que remite a la historia son
importantes para poder entender qué es el estructuralismo (escuela dominante en
ese entonces para el análisis de la lengua), que dicho sea de paso no
considera como escuela o teoría, sin embargo, dicho análisis no es útil para
poner en relieve ¿por qué se puede decir que la lengua es fascista?.