Slavoj Žižek, Primero
como tragedia, después como farsa, Akal, Madrid, 2011, p. 48.
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
26/2/15
La historia que nos contamos – Slavoj Žižek
"Nuestra experiencia más elemental de subjetividad es la de
la «riqueza de mi vida interior»: eso es lo que yo «realmente soy», en
contraste con las determinaciones y responsabilidades simbólicas que asumo en
la vida pública (como padre, profesor, etc.). Sobre esto, la primera lección
del psicoanálisis es que la «riqueza de la vida interior» es fundamentalmente
una falsedad: una pantalla, una falsa distancia cuya función es salvar mi
apariencia, hacer palpable (accesible a mi narcisismo imaginario) mi verdadera
identidad simbólica-social. Por ello, una de las maneras de practicar la
crítica de la ideología es inventar estrategias para desenmascarar esta
hipocresía de la vida interior y de sus emociones sinceras. La experiencia
que tenemos de nuestras vidas desde dentro, la historia que nos
contamos a nosotros mismos sobre nosotros mismos para justificar lo que
estamos haciendo es por ello, una mentira; la verdad se encuentra, por el
contrario, en el exterior, en lo que hacemos"
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Slavoj Žižek