
A pesar del número creciente de manifestaciones de
descontento en las calles de Grecia, España, Francia, Italia, los gobiernos
europeos siguen convencidos de que la única manera de salvar al euro y a la
Unión Europea (UE) es imponiendo medidas de austeridad irreversibles. ¿Pero a
qué precio, y en beneficio de quién? Nos dicen que las conquistas sociales como
la seguridad social, las jubilaciones, los servicios públicos, grandes logros
del siglo XX, son hoy el mal absoluto y que la única salvación es la destrucción
programada del modelo social europeo para garantizar un mínimo de
estabilidad macroeconómica.