Texto en español, HTML |
En unas cuantas generaciones llegaremos al milenario de la
Carta Magna, uno de los grandes acontecimientos en el establecimiento de los
derechos civiles y humanos. No está del todo claro que vaya a celebrarse, a
llorarse o a ignorarse. Y eso debería ser objeto de inmediata y grave
preocupación. Lo que hagamos o dejemos de hacer hoy determinará el tipo de
mundo que salude ese acontecimiento. No es una perspectiva atractiva si
persisten las actuales tendencias, y no es la menor de ellas que la gran carta
se esté haciendo trizas ante nuestros ojos. .
Texto em Português, PDF |
La primera edición académica de la Carta Magna la publicó el
eminente jurista William Blackstone. No fue tarea fácil. No había disponible
ningún texto bueno. Tal como escribió, "el
cuerpo de la carta se lo comieron, por desgracia, las ratas", un
comentario que comporta hoy un sombrío simbolismo, ante la tarea que las ratas
dejaron inacabada.
Text in English, HTML |
La edición de Blackstone comprende en realidad dos cartas,
que tienen por título la Carta Grande y la Carta del Bosque. La primera, la
Carta de las Libertades, se reconoce de modo generalizado como cimiento de los
derechos fundamentales de los pueblos de habla inglesa, o tal como dijera de
modo más expansivo Winston Churchill, "la carta de cualquier hombre que se
respetara en cualquier tiempo y lugar". Churchill se refería concretamente
a la reafirmación de la Carta por parte del Parlamento en la Petición de
Derecho, que imploraba al Rey Carlos [I] que reconociera que es la ley la
soberana, no el Rey. Carlos se avino a ello por breve tiempo, pero pronto violó
su juramento, dejando lista la escena para una mortífera guerra civil.