“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

18/8/12

La ausencia de democracia en España

Alberto Garzón Espinoza

Especial para La Página
Cuando deviene la crisis económica, y empeoran las condiciones materiales de vida de la población, es natural que se exija a las instituciones políticas una respuesta que consiga detener ese proceso. Eso es lo que ha pasado en España en los últimos años. Sin embargo, la sensación generalizada es que en este tiempo estas instituciones políticas no han sido capaces, o no han querido, dar una solución al problema. Como respuesta, instintivamente la población las declara inútiles e ineficaces. Es ahí precisamente donde encontramos la explicación fundamental de la creciente desafección por la política y sus instituciones. La política institucional es considerada una herramienta no válida para poder dar soluciones a problemas tan acuciantes como el desempleo, los desahucios y el hambre. Se cuestiona a las instituciones políticas y se cuestiona la democracia.

No obstante, el problema nace en considerar que realmente vivimos en una democracia. Nada más lejos de la realidad. Vivimos en una democracia aparente, en una ilusión política a la que hemos convenido en llamar democracia. Porque el poder, en esencia, no se encuentra en las instituciones políticas para las cuales elegimos a nuestros representantes. El poder está más allá, descontrolado, irresponsable y privado. El poder está en el dinero, en esas grandes empresas y grandes fortunas –a las que a veces llamamos mercados- que son capaces de doblegar los intereses de los parlamentos nacionales a través del chantaje y la extorsión. El poder real es fundamentalmente poder económico, y éste último no está sujeto a elección ninguna. Manda quien más tiene y no quién más votos recibe.

¿Cuál tarjeta marcará usted el 7 de octubre?

Alfredo Portillo

Especial para La Página
Ya las tarjetas están echadas y dispuestas todas en el tarjetón electoral electrónico que será utilizado en las elecciones del 7 de octubre. Cada elector deberá presionar la tarjeta del  candidato o candidata de su preferencia. Para ello tendrá  una amplia gama de opciones, distribuidas en un espacio que está dividido en siete filas y seis columnas.

En la parte alta del tarjetón están ubicadas las tarjetas que respaldan al candidato Hugo Chávez, mientras que en la parte baja se encuentran las que apoyan al candidato Henrique Capriles Radonski. En la franja intermedia, intercaladamente, están las tarjetas de los candidatos que tienen menos chance de ganar las elecciones: me refiero a Luis Reyes (Organización Renovadora Auténtica), Reina Sequera (Poder Laboral), María Bolívar (Partido Democrático Unidos por la Paz y la Libertad), Orlando Chirinos (Partido Socialismo y Libertad) y Joel Acosta Chirinos (Vanguardia Bicentenaria Revolucionaria).

Los que van a votar por el candidato Hugo Chávez tienen varias opciones. Es de suponer que la mayoría lo hará presionando la tarjeta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la cual está ubicada en el ángulo superior izquierdo del tarjetón. Otros lo harán pulsando la tarjeta del Partido Comunista de Venezuela, de Tupamaro, de Podemos o de cualquiera de las otras tarjetas disponibles. La gran interrogante en este caso es cuál tarjeta seleccionarán los partidarios de Hugo Chávez que se agrupan en el llamado Gran Polo Patriótico, ya que la mayoría de ellos en cierta forma no comulga mucho con el PSUV.

Con relación a los que van a sufragar por Henrique Capriles Radonsky (HCR), se plantea una situación un tanto más interesante. Las ubicaciones más favorables las tienen las tarjetas de Primero Justicia, en el ángulo inferior izquierdo, y de Un Nuevo Tiempo, en el ángulo inferior derecho. Al lado de esta última está la tarjeta de la Unidad, propuesta por los representantes de partidos políticos como Acción Democrática, COPEI, Bandera Roja, entre otros. Seguramente que en la recta final de la campaña se verá una disputa interesante, en términos de propaganda electoral, entre estas tres tarjetas, relegando al resto de las tarjetas que respaldan  la opción de HCR. En esta disputa final, por lógica, da la impresión que Primero Justicia tiene todas las de ganar a lo interno de la Mesa de la Unidad Democrática. En todo caso, el 7 de octubre se conocerá la verdad.

17/8/12

Paul Ryan y la política del “sálvese quien pueda”

Amy Goodman

Especial para La Página
La campaña de Romney lucha por mantenerse a flote. La semana pasada le lanzaron una especie de chaleco salvavidas desde el USS Wisconsin, un buque de guerra de la Armada de Estados Unidos que fue retirado de servicio y que se encuentra atracado en Norfolk, Virginia. A bordo del buque, Mitt Romney presentó al hombre que, según afirmó, será el «próximo presidente de Estados Unidos: Paul Ryan». Aunque luego se rectificó. «A veces me equivoco, pero no me equivoqué al elegir a este hombre, y les puedo asegurar que será el próximo vicepresidente de Estados Unidos». Con estas palabras, Paul Ryan se convirtió en el compañero de fórmula presidencial de Mitt Romney: el hombre que, de ganar Romney en noviembre, podría estar a un paso de la presidencia.

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Muchos consideran a Ryan como alguien que aboga por limitar las funciones del gobierno. Sin embargo, para las mujeres, el gobierno federal al que aspira Paul Ryan tiene amplios poderes, es invasivo y controlador. Paul Ryan prohibiría el aborto, sin excepciones, incluso en caso de violación, incesto o si la salud de la madre corre peligro. Es decir que, de acuerdo a las políticas que defiende Ryan, la madre podría morir por complicaciones durante el embarazo.
La organización Planned Parenthood Action Fund destacó otros aspectos, entre ellos «su plan para desmantelar Medicaid, que pone en peligro los servicios básicos de asistencia de salud de los que dependen millones de mujeres, su voto, el año pasado, para poner fin al financiamiento de Planned Parenthood, que pone en riesgo la realización de exámenes médicos para detectar cáncer, programas de control de natalidad, los análisis y el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual y otro tipo de asistencia preventiva de la que cada año dependen millones de estadounidenses».

Agnición, ignición de la literatura

Lectores ✆ Marie Mahler
Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Todos los guionistas sabemos trucos probados y aprobados por el público. Contar historias es fácil. Lo difícil es contarlas bien. Después de casi nueve años como guionista, el primer consejo que puedo darle a un escritor recién nacido, es decir, a uno que ha escrito menos de un millón de palabras, es el siguiente: olvida tu afán de originalidad. El poeta Goethe sostenía que sólo los tontos creen que han tenido ideas que nadie, nunca, había pensado.

Todo ha sido pensado ya (nada se crea "ex nihilo"). Lo único que podemos hacer es combinar y recombinar las ideas de los otros. Mis argumentos han sido corroborados por científicos, literatos, pintores y meditadores profesionales, llamados "filósofos". La inteligencia, o mejor dicho, la capacidad para ordenar, jerarquizar, recordar e interpretar datos es una habilidad rarísima en los hombres. El "qué" es importante, pero es más importante el "cómo", o al menos lo es para los estetas (Kafka, al que citaremos, sólo quería imitar a Dickens).

Cualquier guionista sabe que para atraer la atención de las masas es necesario provocar problemas morales y sociales. Un hombre rico que pierde su fortuna por amar a una mujer pobre, un rey que pierde su imperio para salvar a su hijo, una mujer que muere para que su bebé cumpla su destino o un banquero que apuesta toda su fortuna para salvaguardar su fama de aventurero, son puntos de partida o vórtices que pueden constituir grandes historias.

El ferrocarril transmongoliano / Dos mil kilómetros y varios siglos en el tiempo: Hasta hace poco se pensaba que China era un dragón dormido

El ferrocarril transmongoliano forma parte de una red en la que
participan el ferrocarril transiberiano y el ferrocarril transmanchuriano
Zigor Aldama

La puntualidad ya no es marca británica. Ahora es china. Las gigantescas pantallas de la estación norte de Pekín anuncian la salida del K-23, con destino a Ulán Bator, a las 07:40. Y no se retrasará ni un minuto. En la cómoda sala de espera se dan cita mongoles que vuelven a su hogar después de probar fortuna en el país vecino, hombres de negocios chinos a la conquista de nuevos mercados para sus productos y en busca de recursos mineros, y decenas de turistas ataviados como si fueran a algún safari, en busca de experiencias nuevas en el único país en el que el concepto de barrera no se ha extendido más allá de las ciudades. Pero, ¿por qué se empeñan en vestir pantalón corto color caqui, chaleco de reportero de guerra, y sombrero tejano, para viajar en primera clase? A alguno sólo le falta el rifle para cazar rinocerontes.

Recorrido desde Moscú hasta Beijing, pasando por Mongolia
Es imposible contener la excitación. Mongolia es uno de esos pocos países que todavía evocan formas de vida ancestrales en libertad. O sea, fuera de zoológicos humanos preparados para turistas que visitan cinco países en una semana y regresan a casa con impactantes fotografías de remotos lugares en los que, aseguran siempre, pervive la Edad Media. No, Mongolia es un país duro, y no tenemos ninguna intención de adentrarnos en él a bordo de un 4x4 con aire climatizado, ni de buscar los campamentos para turistas en los que se puede disfrutar en rebaño de las danzas tradicionales mongolas. Los rebaños con los que queremos convivir balan. Queremos descubrir cómo viven los nómadas de este vasto país en la era de la globalización del siglo XXI. Claro que, como buenos occidentales, lo hacemos en la estación más favorable, el verano. Ya habrá ocasión más adelante para entumecerse en las interminables llanuras mongolas.

Siria en llamas / ¿Anticipo de una nueva guerra fría?

Lino González Veiguela

¿Qué sabemos sin lugar a dudas sobre lo que está pasando en Siria? Relativamente poco. O, al menos, no tanto como deberíamos saber considerando la atención que ha despertado el conflicto en los medios. Sólo sabemos que están muriendo sirios y que continuarán muriendo muchos más. Ni siquiera tenemos claro cuántos sirios han perdido la vida. Podríamos estar hablando de 20 mil muertos, de los cuales 14 mil habrían sido civiles, según estimaciones de organizaciones próximas a la resistencia siria. Otras fuentes, como la ONU, calculan en 17.000 los muertos.

® Mapa de Siria
Las masacres han sido periódicas y en una paulatina escalada de crueldad. Según todos los indicios, la mayoría habría sido cometida por las tropas del régimen o sus para-milicias afines. El régimen, por su parte, ha acusado a los rebeldes de cometer algunas de las matanzas, en especial contra soldados sirios. Algunas de estas acusaciones han sido confirmadas por el gobierno iraquí. Las pocas investigaciones ponderadas que han intentado llevarse a cabo no descartan que, en efecto, elementos de las fuerzas opositoras al régimen de Al-Asad hayan podido cometer por su parte matanzas igual de odiosas que las imputadas a las tropas gubernamentales. Es el caso de la masacre de Houla: 108 personas asesinadas, incluyendo 49 niños y 34 mujeres.

Las informaciones que han llegado desde Siria en los últimos meses han estado contaminadas, en gran medida, por un uso excesivo del tiempo condicional y la sensación de que las contradicciones superan con mucho a las certezas: el régimen de Al-Asad podría caer de un día a otro; el régimen podría durar más de lo que se piensa, aunque no se descarta que a medio plazo terminará por caer; las filas de los rebeldes podrían estar controladas por grupos yihadistas; potencias extranjeras estarían interviniendo en el conflicto; potencias extranjeras estarían negándose a implicarse en el conflicto, etcétera.

16/8/12

Manifestaciones estudiantiles en Chile / Una movilización condicional

Álvaro Cuadra

1.- Movilización condicional

Especial para La Página
Después de las cruentas experiencias dictatoriales en América Latina, y muy especialmente en Chile, ha emergido una revalorización del concepto de “democracia” y “Derechos Humanos”  Esta valorización corre paralela a un descrédito de cualquier forma de “violencia” en el ámbito político y social. En su aspecto positivo, se puede alegar que se trata de una suerte de aprendizaje social ante la brutal barbarie del secuestro, la tortura y el asesinato como prácticas asociadas a los aparatos de seguridad propios de los gobiernos militares. Sin embargo, en su aspecto negativo, se puede constatar que esta “dulcificación” de las pugnas políticas escamotea, precisamente, su condición agonística, confrontacional.

Las protestas estudiantiles se enmarcan, desde luego, en este “ethos” almibarado y “soft” que preside nuestra democracia pos dictatorial. Se puede decir que, desde un punto de vista meta histórico,  nuestra sociedad se aleja del clima trágico de la era Pinochet para inaugurar un tiempo de comedia o farsa. Nada hay nada de peyorativo en esta constatación, sino que más bien nos invita a pensar el presente tal como insinúa Marx en aquella famosa sentencia que estampara en El 18 Brumario: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa.”

San Onofre / Una Promesa in-cumplida

San Onofre ✆ José Tomás Barazarte,
escultor popular de Boconó, Edo. Trujillo
 
Erick Antonio Jimeno

Especial para La Página
No soy un hombre devoto. De  esos que derraman su caudalosa fe en los altares de oropel de iglesias coloniales,   y la manifiestan al mundo  con cirios, velones, y exvotos.  De los que acuden religiosamente cada domingo a los  deberes  de la liturgia, confesión y comunión incluidas. O de los promeseros que siempre tienen una deuda pendiente  con la Virgen,  o  con los  Santos. No. Definitivamente no me considero un creyente. Desde niño, abjuré en secreto de esos símbolos y   señales   de la cruz, padrenuestros, avemarías,  y rosarios  que con rigurosa penitencia se rezaban cada día al caer el sol,  en la casa de mis mayores, sometido  como estaba  al disciplinado fervor de mi abuela y de mi madre. Sólo por eso   repetía vespertinamente, con obligado acatamiento, las oraciones recurrentes y saltarinas. Tarde tras tarde, misterio tras misterio.  Bajo el yugo matriarcal.

Debo reconocer, sin embargo, que mis inclinaciones  de  apóstata  precoz  terminaban  cediendo  en el rosario  al arrullo de  las letanías, y no sé por qué encantamiento melódico, me reconciliaba en aquellos momentos con la cadencia y poesía de esos versos marianos  que salmodiaban  la  Rosa Mística, Torre de Marfil, Casa de Oro, Arca de la Alianza, Puerta del Cielo, Estrella de la Mañana,  como metáforas  lunares  y perfumadas que hacían renacer  fuegos extintos  en mi   impiadoso corazón.

En ese tiempo, para decirlo en una sola frase,  me sostuve con una  religión católica de camaleón sin  excesos de ortodoxia. Porque, hablando en cristiano,  Dios siempre me pareció un sujeto razonable. Metódico y calculador, como un profesor de matemáticas. Inventor de los días,  las semanas, los afanes y  los ocios,  y que  aprendió,  entre  zarzas  y decálogos, a  tolerar ciertas expansiones mundanas de sus criaturas, y  hasta permitirnos  mostrar , otros rostros y  otras máscaras, como en un carnaval.

15/8/12

Jorge Amado / La alegría brasileña

Adrián Melo

Se cumplen cien años del nacimiento de Jorge Amado, el escritor que elevó la ciudad de Bahía a la categoría de mito, que contribuyó a construir la imagen de la sensualidad de la mujer brasileña y que no cesó de denunciar en sus escritos la explotación a la que fueron y son sometidos los negros, los trabajadores y los campesinos bajo el sistema capitalista.

Los libros de Jorge Amado retrotraen a los colores y el aroma de Bahía, a perennes tardes estivales, a los aires y la brisa marina, a mulatas de senos duros y almas valerosas, a hombres revolucionarios y mujeriegos pero cuyo corazón pertenece a una sola mujer, a jóvenes atléticos luchando y danzando la capoeira, a los ritmos del candomblé y el Samba de Roda. Y también a la risa de los obreros, de los campesinos, de los trabajadores del cacao, de los niños de la calle, de los delincuentes, de los marineros, de los vagabundos y de las prostitutas elevándose por encima de sus miserias, a la esperanza de los pobres, a cuerpos y corazones entrelazados en medio de la cópula febril del carnaval.

Video: Parte final de
Doña Flor y sus dos maridos
Porque de ello trata gran parte de sus novelas: del tiempo en que la carne vale, la carne que trabaja y es explotada pero puede rebelarse y la carne como plausible de ser gozada a través de los sentidos. Carne pobre que goza sobre todo a partir del baile, el sexo y la comida, En este sentido no es casual que dos de las heroínas de Amado más sensuales y populares sean cocineras: Gabriela y Doña Flor. El sexo y la comida se funden en uno a través de las palabras de Vadinho a su mujer, Doña Flor: “Quiero saborearte”.

La alegría bahiana que describe Amado se eleva por encima de las corrientes subterráneas de la historia. Es la risa de los perdedores que resuena a través de los siglos y que invade y atormenta los sueños de las buenas conciencias burguesas: la de los esclavos que comenzaron a luchar desde que el primer negro llegó a Brasil y que prosiguió hasta mucho después de la abolición, es la de los trabajadores del cacao y de los obreros urbanos secularmente explotados, es la de los vagabundos y los que beben hasta perder la decencia con la ilusión de un mundo al revés.

12/8/12

Al fondo a la izquierda / Textos alrededor de los tiempos interesantes vividos por Eric Hobsbawm

A los 94 años, después de publicar sus extraordinarias memorias (Tiempos interesantes), el gran historiador inglés Eric Hobsbawm –que dedicó su vida a analizar y explicar la era moderna, desde la Revolución Francesa hasta los estertores del siglo XX– tenía un libro más por escribir: Cómo cambiar el mundo. Tras sentirse parte de la generación con la que se extinguiría el marxismo de la vida política e intelectual de Occidente, las crisis financieras, la espiral conflictiva del capitalismo y los cambios en América latina le dieron la alegría de volver a su querido Marx. En el libro, despeja con su habitual lucidez las malas interpretaciones, archiva los preceptos que envejecieron y despliega las herramientas que ofrece el autor de El Capital para entender el mundo en el siglo XXI y hacerlo un lugar mejor.

Fernando Bogado

Imaginen la escena: Eric Hobsbawm, reconocido historiador inglés de corte marxista, y George Soros, una de las mentes financieras más importantes del mundo, se encuentran en una cena. Soros, quizá para iniciar la conversación, quizá con el objetivo de continuar alguna otra, le pregunta a Hobsbawm qué opina de Marx. Hobsbawm elige dar una respuesta ambigua para evitar el conflicto, y respondiendo en parte a ese culto a la reflexión antes que a la confrontación directa que caracteriza sus trabajos. Soros, en cambio, es concluyente: “Hace 150 años este hombre descubrió algo sobre el capitalismo que debemos tener en cuenta”.

Para comprender la relación entre salarios y beneficios / A propósito de la crisis económica de España

Alberto Garzón Espinosa

Especial para La Página
Uno de los temas más apasionantes de la economía, pero a la vez también más complejo, es el que se refiere a la distribución de la renta. No en vano se trata del elemento clave en el funcionamiento de una economía capitalista, razón por la que desde los clásicos (Smith, Ricardo, Marx…) se ha estudiado como centro de las reflexiones. En este blog lo hemos tratado mucho, si bien ahora me interesa mostrar un ejemplo que sirva para entenderlo mejor.

Primero unos conceptos rápidos para quien no esté familiarizado con los indicadores económicos. Como sabemos, el valor monetario de la riqueza que se genera en un país se mide a través del Producto Interior Bruto (PIB). Este indicador puede descomponerse en dos partes: los beneficios empresariales y los salarios. Esto no es ni más ni menos que la agregación del comportamiento individual en las empresas. Hay un ejemplo habitual que sirve para ilustrar esto y que describo y dibujo al final del post. Lo importante es quedarse con el hecho de que el Producto Interior Bruto puede descomponerse en la suma del valor añadido por ramas o, alternativamente, en la suma de la distribución entre salarios y beneficios.

La gaveta voraz / Se deberían prohibir las gavetas, pero esa decisión será seguramente engavetada, y volveremos a empezar, o a terminar

Luis Britto García

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Especial para La Página
El Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 1942/2003, decide sobre la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que nos supedita a la Comisión y la Corte de Derechos Humanos: “se solicita al Ejecutivo Nacional proceda a denunciar esta Convención, ante la evidente usurpación de funciones en que ha ocurrido la Corte Interamericana de los Derechos Humanos con el fallo objeto de la presente decisión; y el hecho de que tal actuación se fundamenta institucional y competencialmente en el aludido Tratado. Así se decide”. En noviembre de 2012, Chávez sostuvo en Consejo de Ministros de 17 de septiembre de 2011, ante Evo Morales, que la Comisión Interamericana “no vale nada y forma parte del pasado”. El 10 de mayo de 2012 la Asamblea Nacional decide denunciar la Convención Interamericana. Los tres supremos poderes del Estado coinciden para evitar que cortes dependientes de una OEA que a su vez depende de Estados Unidos sentencien sobre nuestra soberanía y orden interno, como por ejemplo, sobre quién puede ser candidato o no para las elecciones, y el resultado de éstas, o quién puede poner bombas impunemente. A principios de agosto nos enteramos de que la decisión soberana de nuestros tres poderes supremos no se había cumplido, porque alguien engavetó el oficio mediante el cual notificamos a la OEA que Venezuela es independiente. Gaveta mata soberanía.