Alfaguara nos ha regalado recientemente la edición española
del último libro de John Berger, 'El cuaderno de Bento'. Se trata de un libro
delgado, de la extensión de un cuaderno de notas, que contiene anotaciones del
propio Berger de no más de dos páginas de extensión cuando más dilatado se
muestra, varias docenas de dibujos del autor, dibujos que van desde contornear
una ciruela hasta retratar el rostro de su nieta mientras al lado muestra un
dibujo de la niña de unos ojos que parecen dos collares de perlas y citas de
libros de Baruch Spinoza, en especial, su 'Ética'.
El título del libro no es enigmático. Sí afortunado. La
familia de Spinoza era de origen portugués. De ahí que el nombre de Baruch, o
Benedict, en latín, Benito en español, Bento en portugués, sea aprovechado por
Berger en su origen portugués para realzar el valor de la memoria en cualquier
práctica humana. También porque es un tour de force inteligente que le encantan
a nuestro autor y por los que siente debilidad. Es su lado juguetón. Pero la
verdad es que le dura poco pues Berger es un escritor que nunca se anda por las
ramas y suele meterse en faena muy pronto. Carece de retórica difusa y
gratuita.