Los pueblos del mundo asistimos horrorizados,
avergonzados e impotentes, a un nuevo episodio a escala ampliada del
sistemático y planificado exterminio del pueblo palestino por parte del terrorífico
Estado de Israel. Crímenes de lesa humanidad, masacres, genocidios, holocausto,
pueden ser calificativos en el campo del debate sobre cómo caracterizar el
“drama humano más grave de nuestra historia contemporánea”, así calificado por
el historiador Ricardo Sánchez Ángel. Porque ha ocurrido durante décadas, de
manera sistemática, por la brutalidad de las acciones criminales y por la
sofisticación de las armas israelíes cada vez más demoledoras y mortíferas.
Pero también por la complicidad de los Estados Unidos, la OTAN y la Unión
Europea, la complacencia de gobiernos árabes, la indolencia e impotencia de la
ONU y la desidia de los gobiernos de la mayoría de los países mundo.
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
7/8/14
Que Israel detenga la cacería humana en Gaza | Palestina tiene derecho a existir
José Arnulfo
Bayona
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Israel,
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6/8/14
Cien años de ‘El proceso’ de Franz Kafka | Nuevas propuestas para una relectura
José Ramón Martín Largo
En su libro La estética de la resistencia, Peter Weiss establece una original relación entre las pinturas de Brueghel y las obras de Kafka. Ambos, escribe, “habían dibujado paisajes universales, finos, transparentes, aunque en tonos terrosos. Sus imágenes eran al mismo tiempo luminosas y oscuras; causaban la impresión de ser macizas, pesadas en su conjunto, pero llenas de fuego y con nítida claridad en los detalles. Su realismo se había depositado en los lugares y regiones que eran reconocibles de modo inmediato, pero que al mismo tiempo se sustraían a todo lo visto hasta ahora. Todo estaba lleno de huellas, de gestos, de movimientos, de acciones cotidianas; todo resultaba típico y nos mostraba cosas importantes, centrales, pero sólo para, en el mismo momento, producir un efecto extraño, chocante”.
En su libro La estética de la resistencia, Peter Weiss establece una original relación entre las pinturas de Brueghel y las obras de Kafka. Ambos, escribe, “habían dibujado paisajes universales, finos, transparentes, aunque en tonos terrosos. Sus imágenes eran al mismo tiempo luminosas y oscuras; causaban la impresión de ser macizas, pesadas en su conjunto, pero llenas de fuego y con nítida claridad en los detalles. Su realismo se había depositado en los lugares y regiones que eran reconocibles de modo inmediato, pero que al mismo tiempo se sustraían a todo lo visto hasta ahora. Todo estaba lleno de huellas, de gestos, de movimientos, de acciones cotidianas; todo resultaba típico y nos mostraba cosas importantes, centrales, pero sólo para, en el mismo momento, producir un efecto extraño, chocante”.
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Reseña
3/8/14
La cuestión ideológica | El fin de la historia, la ideología y las grandes preguntas
Alberto
Garzón Espinosa
¿Podemos seguir pensando que se acabaron las ideologías? ¿es acaso cierto que sólo queda la resignación en el marco del sistema económico capitalista? ¿está en lo cierto Frederic Jameson (1934-) cuando asegura que «hoy es más fácil imaginar el final del mundo que imaginar el final del capitalismo»? ¿Queda espacio para la utopía, ese no-lugar en el horizonte que según Eduardo Galeano (1940-) nos sirve para caminar?
Sin duda, la primera duda que nos asalta es la siguiente: ¿de qué estamos hablando cuando decimos que algo es ideológico? ¿Se están refiriendo a la misma noción el dirigente comunista que grita «¡las ideas socialistas nos liberarán!» y el tertuliano de televisión que censura a su interlocutor expresando algo del tipo «eso lo dices porque tienes ideas socialistas»? Parece obvio que el primero entiende la ideología como algo positivo, en tanto que instrumentaría la emancipación social, mientras que el segundo la entiende como algo negativo, en tanto que ocultaría o distorsionaría la verdad. ¿Podemos entonces hallar alguna definición que nos satisfaga a todos y sobre la que podamos discutir?
¿Podemos seguir pensando que se acabaron las ideologías? ¿es acaso cierto que sólo queda la resignación en el marco del sistema económico capitalista? ¿está en lo cierto Frederic Jameson (1934-) cuando asegura que «hoy es más fácil imaginar el final del mundo que imaginar el final del capitalismo»? ¿Queda espacio para la utopía, ese no-lugar en el horizonte que según Eduardo Galeano (1940-) nos sirve para caminar?
Sin duda, la primera duda que nos asalta es la siguiente: ¿de qué estamos hablando cuando decimos que algo es ideológico? ¿Se están refiriendo a la misma noción el dirigente comunista que grita «¡las ideas socialistas nos liberarán!» y el tertuliano de televisión que censura a su interlocutor expresando algo del tipo «eso lo dices porque tienes ideas socialistas»? Parece obvio que el primero entiende la ideología como algo positivo, en tanto que instrumentaría la emancipación social, mientras que el segundo la entiende como algo negativo, en tanto que ocultaría o distorsionaría la verdad. ¿Podemos entonces hallar alguna definición que nos satisfaga a todos y sobre la que podamos discutir?
John Holloway: El desafío es salir del capitalismo
- A diez años de la publicación de su célebre libro, ¿sigue pensando John Holloway que es posible cambiar el mundo sin tomar el poder?
Amador Fernández-Savater
En el año 2002, John Holloway publica un libro de
referencia: Cambiar
el mundo sin tomar el poder. Inspirado por el ¡Ya basta! zapatista, por el
movimiento que surgió en Argentina en 2001/2002 y por el movimiento
antiglobalización, Holloway plantea en él una hipótesis: no es la idea de
revolución o transformación del mundo la que ha quedado impugnada en el
desastre del comunismo autoritario, sino más bien la idea de la revolución como
toma del poder y la del partido como herramienta política por excelencia. Otra noción de cambio social se insinua en esos movimientos,
y en general en todas las prácticas más o menos visibles donde se sigue una
lógica distinta a la del beneficio, la de agrietar el capitalismo, o sea crear, dentro de la misma sociedad que se rechaza,
espacios, momentos o áreas de actividad donde se prefigura ya un mundo
distinto. Rebeldías en movimiento. Vistas así las cosas, la cuestión de la
organización ya no coincide con la del partido, sino que pasa por la pregunta
de cómo se reconocen y conectan las distintas grietas que van descosiendo el
tejido capitalista.
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Amador Fernández-Savater,
Entrevistas,
John Holloway
31/7/14
Thomas Piketty y las desigualdades socio-económicas
Thomas Piketty ✆ Jonas Modi |
El profesor Thomas Piketty, en su libro “El Capital en el siglo XXI” [1], ha abierto, y de una manera excepcional, el camino para una mejor comprensión de las grandes desigualdades socio-económicas. Pero, a fin de completar el cuadro de análisis, me permito sugerir dos cosas. Primero, es indispensable que nuestro proyector ilumine la actividad socio-económica del hombre y su grupo social, desde sus orígenes. Segundo, en base a la información estadística que dispone sobre los últimos 300 años de nuestra historia, es necesario mostrar el porcentaje del ingreso nacional y del capital en manos del 50% de la población “de abajo”. ¿Por qué?
Comencemos por el comienzo. El profesor Piketty pertenece a una
generación de economistas que ha sido formado en la economía neoclásica y con
un elevado, y casi exclusivo, componente matemático. Y como él mismo lo dice en
su libro, pertenece a una generación que no está contaminada por la influencia
marxista. Incluso, a sus 18 años le toca vivir, con un cierto grado de afección,
la caída del muro de Berlín.
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Opinión,
Thomas Piketty
30/7/14
Pacifismo burgués | Un estudio de la ética burguesa
El autor es un héroe inglés que
murió en combate el 12 de febrero de 1937 a los 29 años de edad, durante la guerra civil española,
dando su vida en la defensa de la democracia y el socialismo ante el avance del
fascismo.
Christopher Caudwell ✆ A.d. |
La denomino una doctrina distintivamente burguesa, porque
por pacifismo entiendo, no el amor de la paz que se debe asegurar a través de
acciones concretas, sino la creencia de que toda forma de constreñimiento
social de otros o cualquier acción violenta es mala en si misma, y que la
violencia, como la guerra, debe ser resistida pasivamente porque usar la
violencia para poner fin a la violencia sería lógicamente contradictorio.
Opongo al pacifismo entendido en este sentido la creencia comunista de que el
único medio
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Christopher Caudwell,
Ensayos,
Historia
29/7/14
La Primera Guerra Mundial | 28 de julio de 1914, una magnífica aproximación de Luciano Canfora
Salvador López Arnal
Por supuesto. Nada nuevo soy capaz de señalar sobre el gran estallido, sobre las infernales tempestades de acero de las que nos habló Ernst Jünger, uno de los primeros en alistarse en la contienda con apenas 18 años, a una criminal guerra de la que nos hablaría con apasionamiento, años después, a sus 25 años, alabándola como “experiencia interior”. El carácter belicista-militarista y de derecha extrema antidemocrática del pensamiento de Jünger, “un viejecito encantador” en su día, objeto incomprensible de devoción en nuestro país de países hace unos años, es más que conocido.
Por supuesto. Nada nuevo soy capaz de señalar sobre el gran estallido, sobre las infernales tempestades de acero de las que nos habló Ernst Jünger, uno de los primeros en alistarse en la contienda con apenas 18 años, a una criminal guerra de la que nos hablaría con apasionamiento, años después, a sus 25 años, alabándola como “experiencia interior”. El carácter belicista-militarista y de derecha extrema antidemocrática del pensamiento de Jünger, “un viejecito encantador” en su día, objeto incomprensible de devoción en nuestro país de países hace unos años, es más que conocido.
Algunos puntos conocidos del estallido (sigo el libro del
helenista italiano: 1914, Barcelona, El Viejo Topo, 2014, unos 20
capítulos breves, 10 páginas). El gobierno ruso había ordenado a finales de julio de 1914
una movilización parcial que, en principio, no comprometía la situación de
forma inexorable aunque, ciertamente, daba a entender que el gobierno del zar
se ponía en el peor escenario deseable: la guerra era probable.
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Crónica,
Guerras imperiales,
Historia,
Salvador López Arnal
28/7/14
Pier Paolo Pasolini: La pasión según Marx
Santiago Asorey
El escritor Pablo Ramos escribió en un ensayo: “Creo en algo y muchas veces vivo de manera
contraria a lo que creo. Sufro por eso. Culpa, vergüenza, y, a veces, la
soledad y el juicio de los otros. Sin embargo soy tan cristiano que me expongo,
una y otra vez. Porque La Cruz es, a mi entender, la puerta de la
misericordia.”
A los pocos días de leer esta frase vi “La Ricotta”, el
cortometraje de Pier Paolo Pasolini y se me ocurrió algo sobre el artista
cristiano en su dimensión espiritual. Aquella culpa de la que habla Ramos y que
también está presente en los cuentos del escritor norteamericano Raymond
Carver, puede ser también un motor narrativo potentísimo. No es solo la culpa
lo que arrastra a narrar muchas veces. Sino la necesidad del perdón y la
necesidad de buscar la redención en la exposición del espíritu desnudo.
Creo que en Pasolini esta idea era muy fuerte. “La Ricotta”
es la muestra de que Pasolini como artista cristiano está en la búsqueda de la
redención y que esa redención se adquiere en la exposición del artista. La
crítica que el cortometraje ejerce al sistema de representación de la industria
cinematográfica, es también una corrección espiritual. Como si la tarea del
artista que esta dispuesto a entregar su
21/7/14
Rubén Alves | El humanismo mesiánico y el mesianismo humanista
Rubén Alves ✆ 1934-2014 |
En
1968, mi amigo Rubén Alves defendió en Princeton (universidad presbiteriana
estdunidense) su tesis doctoral (que he leído personalmente en su texto
mecanografiado), con el título, en inglés en el original, de Hacia una Teología de la Liberación.
Por desgracia fue traducida y editada en Montevideo con otro título
más de modaen ese tiempo: Una teología de la esperanza, haciendo referencia a la teología del alemán Juergen Moltmann. Los editores no imaginaban que Rubén iniciaba una nueva historia de la teología, y eurocéntricamente los editores no advirtieron la novedad, y con ello despistaron al lector.
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Crónica,
Enrique Dussell
19/7/14
¿Qué es el neo-desarrollismo? I - Una visión crítica. Economía
Claudio Katz
¿Cuáles son las principales tesis económicas del nuevo desarrollismo? ¿En qué se diferencian de sus antecesores? ¿Qué indica la aplicación reciente de sus propuestas? ¿Cuál es el correlato político de sus caracterizaciones?
En los últimos años aumentó la influencia del
neo-desarrollismo. El término se volvió usual en numerosos ámbitos de América
Latina y se multiplicaron los encuentros para discutir su contenido. Dos conocidas figuras de Brasil y Argentina
reivindican esta concepción (Luiz Carlos Bresser Pereira y Aldo Ferrer). Pero
un amplío grupo de economistas trabaja en la misma dirección (Robert Boyer,
Osvaldo Sunkel, Gabriel Palma, Cristóbal Kay, Alejandro Portes, Joao Sicsu,
Luiz De Paula, Michel Renaut, José Luis da Costa Oreiro). Estos pensadores
actúan en importantes organismos (Fundación Getulio Vargas, Plan Fénix), han
ganado terreno en las universidades y difunden planteos recogidos por los
medios de comunicación[1].
¿Cuáles son las principales tesis económicas del nuevo desarrollismo? ¿En qué se diferencian de sus antecesores? ¿Qué indica la aplicación reciente de sus propuestas? ¿Cuál es el correlato político de sus caracterizaciones?
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Claudio Katz
¿Qué es el neo-desarrollismo? II - Una visión crítica. Argentina y Brasil
Claudio
Katz
En Argentina se implementó el principal ensayo del neo-desarrollista de la última década. El país volvió a encabezar los virajes económicos de la región, como ya ocurrió en los años 50-60 con la sustitución de importaciones y en los 90 con el neoliberalismo extremo. Reafirmó su papel de experimentador de mutaciones significativas en América Latina. Este rol de adelantado es reivindicado por los autores que ponderan el modelo, en comparación a los esquemas ortodoxos de otras economías[1].
Un corto ensayo
El esquema intentado en Argentina logró cierta efectividad en la fase inicial del gobierno kirchnerista. Durante ese período (2003-2007) se reunieron las condiciones para lograr alto crecimiento, con baja inflación y recuperación del empleo. Las políticas neo-desarrollistas aportaron un tercer ingrediente a los fundamentos objetivos de este ciclo. El primer determinante fue la depreciación de los salarios y
En Argentina se implementó el principal ensayo del neo-desarrollista de la última década. El país volvió a encabezar los virajes económicos de la región, como ya ocurrió en los años 50-60 con la sustitución de importaciones y en los 90 con el neoliberalismo extremo. Reafirmó su papel de experimentador de mutaciones significativas en América Latina. Este rol de adelantado es reivindicado por los autores que ponderan el modelo, en comparación a los esquemas ortodoxos de otras economías[1].
Un corto ensayo
El esquema intentado en Argentina logró cierta efectividad en la fase inicial del gobierno kirchnerista. Durante ese período (2003-2007) se reunieron las condiciones para lograr alto crecimiento, con baja inflación y recuperación del empleo. Las políticas neo-desarrollistas aportaron un tercer ingrediente a los fundamentos objetivos de este ciclo. El primer determinante fue la depreciación de los salarios y
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Claudio Katz
18/7/14
¿Qué es el neo-desarrollismo? III | Una visión crítica. Teoría y política
Claudio Katz
El
neo-desarrollismo reivindica al empresariado industrial como sujeto protagónico
del desenvolvimiento. Esta defensa sintoniza con su mirada elogiosa del capitalismo.
Algunos consideran que este sistema optimiza la evolución de la sociedad y
otros estiman que constituye un dato invariable de la realidad. Todos cuestionan
las consecuencias nocivas de ciertos modelos, pero aceptan los criterios de
eternidad capitalista que ha difundido el neoliberalismo.
Idealización y realidad
Los autores neo-desarrollistas repiten los mitos más corrientes sobre el funcionamiento armónico de las sociedades. Consideran que los individuos se organizan dentro de cierto territorio, en colectividades regidas por un destino que comparten todas las clases sociales. Suponen que existe un convenio implícito para mejorar el bienestar general, incrementando la competitividad internacional de cada conglomerado
Idealización y realidad
Los autores neo-desarrollistas repiten los mitos más corrientes sobre el funcionamiento armónico de las sociedades. Consideran que los individuos se organizan dentro de cierto territorio, en colectividades regidas por un destino que comparten todas las clases sociales. Suponen que existe un convenio implícito para mejorar el bienestar general, incrementando la competitividad internacional de cada conglomerado
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Claudio Katz,
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