En la esfera productiva el derrumbe de la economía helena
supera ampliamente lo ocurrido en el Cono Sur. Desde el 2009 Grecia soporta una
continuada depresión que desmoronó su PBI en un 26%. El desempleo promedio
trepó al 27 % y supera el 50% en las franjas juveniles. Las jubilaciones y
pensiones fueron brutalmente reducidas y la pobreza afecta al 40% de la
población infantil [3].
El desmoronamiento que Argentina padeció en la acotada
coyuntura del 2001-02 se ha extendido en Grecia a lo largo de seis años.
También la deuda helena ha trepado por encima de su equivalente latinoamericano.
Saltó del 100% (2008) al 174% (2014) del PBI. Pero la principal diferencia
entre ambos casos radica en la transferencia del pasivo griego a los estados de
la Unión Europea. Los bancos acreedores -especialmente alemanes y franceses-
utilizaron las dos reestructuraciones de la deuda para desprenderse de esa
carga.