La primera ronda de la elección presidencial en Francia y la
lucha política para la segunda ronda, el 6 de mayo, puso el dedo en la
inflamada llaga de la crisis financiera, monetaria y económica que afecta a la
Unión Europea (UE), y expuso la faceta faltante, la profunda crisis política
que viene gestándose en el interior mismo del modelo neoliberal.
Primero los datos que confirman lo que era previsible: un
creciente número de economías de la zona euro (ZE), y la de Gran Bretaña que
está fuera de la moneda común, están nuevamente en recesión. La economía
británica acaba de registrar dos trimestres consecutivos de contracción (el
último del 2011 y el primero del 2012), e Italia se encuentra en la misma
situación.
La agencia Bloomberg informa este 26 de abril que la economía de la zona euro probablemente continuó en el primer trimestre del 2012 la contracción de 0.3 por ciento que se confirmó a finales del 2011. Peor aun, una contracción afecta desde hace nueve meses a la industria manufacturera de la ZE, que en su conjunto registra una tasa de desempleo del 10.8 por ciento,
La agencia Bloomberg informa este 26 de abril que la economía de la zona euro probablemente continuó en el primer trimestre del 2012 la contracción de 0.3 por ciento que se confirmó a finales del 2011. Peor aun, una contracción afecta desde hace nueve meses a la industria manufacturera de la ZE, que en su conjunto registra una tasa de desempleo del 10.8 por ciento,
La confianza, como los índices bursátiles, están
desplomándose en la ZE y los economistas anticipan que mientras se sigan aplicando
los programas de austeridad, y con el problema de la deuda y los déficits
públicos sin resolver, no hay perspectivas de crecimiento a la vista. En Italia
el índice de confianza de los manufactureros se encuentra en su nivel más bajo
de los últimos 20 meses, por los cortes presupuestarios de la política de
austeridad de Mario Monti, el tecnócrata impuesto por la Troika (Comisión
Europea, Banco Central Europea y FMI). En Grecia la contracción económica sigue
agravándose en medio de la incertidumbre que rodea las elecciones del próximo 6
de mayo. Y en este contexto, como señala el semanario alemán Der
Spiegel-Online, las autoridades de Berlín están quedándose sin aliados en la
crisis del euro.
El espectro de los
años 30
En su análisis de la crisis de la ZE el semanario alemán
menciona la aparición de la faceta política en esta crisis financiera y
económica, con la caída del gobierno de coalición holandés del primer ministro
Mark Rutte, quien fue abandonado por su aliado parlamentario, el xenofóbico y
neofascista Partido de la Libertad de Geert Wilders, quien personalmente se
opuso a “ceder ante los dictadores de Bruselas” (la Troika), que reclaman una
reducción del presupuesto como parte del plan de austeridad para bajar el
déficit fiscal. El gobierno holandés había sido hasta el momento uno de los
aliados más fieles del gobierno alemán de la canciller Ángela Merkel en materia
de austeridad fiscal como “cura de la crisis” en la ZE.
Si con su robusta economía los holandeses no están
dispuestos a observar la regla de limitar el déficit fiscal al 3.0 por ciento
del producto interior bruto (PIB), establecida hace 15 años, por qué – se
pregunta Der Spiegel -, deberían observarla otras naciones, como Grecia,
España, Portugal e Italia, que tienen problemas económicos de dimensiones muy
superiores.
El semanario alemán cita a los comentaristas de diarios
alemanes que ven en el “rechazo popular a las medidas de austeridad” la amenaza
del retorno con venganza de la crisis del euro. El diario alemán Die Welt, de
tendencia conservadora, escribe que “después de lo que sucedió el (pasado) fin
de semana, se terminó la relativa calma que existía en la ZE. Holanda no podrá
encontrar una mayoría (parlamentaria) responsable para seguir apegada a la
regla del 3.0 por ciento () En Francia, el candidato que está al frente
(François Hollande, del Partido Socialista, PS) ha prometido a los votantes
algo que la Republica no puede ofrecer – como parece probar el déficit
presupuestario francés del año pasado. La austeridad dejó de estar de moda, la
causa de la mayor crisis (en la ZE) ha sido nuevamente olvidada. Pobre
Europa”.
Y si para Die Welt la promesa de Hollande (que el martes
pasado dijo que su triunfo en la segunda ronda electoral, el 6 de mayo, “será
el fin de imponer la austeridad en todos lados, una austeridad que ha traído
desesperación a los pueblos a través de Europa”) constituye un pecado capital,
qué puede pensarse de las propuestas del xenofóbico Frente Nacional (FN) de
Marine Le Pen, que en los comicios de la primera ronda presidencial del lunes
pasado se convirtió en la tercera fuerza electoral en Francia con el 17.9 por
ciento de los votos, y que propone abandonar el euro y los Tratados europeos,
cerrar las fronteras a los inmigrantes y practicar un nacionalismo retrogrado.
En un despacho de Bloomberg, del 26 de abril, la economista
Amelie de Montchalen de Exane BNP Paribas en París, dice que lo “preocupante es
la fuerza de los partidos extremistas, que dicen a Europa y
a la austeridad. Fuera de Francia, Le Pen representa el abandono de
la zona euro, y (Jean-Luc) Mélenchon (del Frente de Izquierda, la cuarta fuerza
electoral con el 11.1 por ciento) es visto como la nacionalización de los
bancos. Esto no es muy positivo para los bancos”.
Un totalitarismo de
mercado en busca de relevo político.
En un análisis titulado “la globalización de la vacuidad
política” el columnista estadounidense Chris Hedges (1) escribe que el vacío de
contenido en el discurso político en tiempos tan precarios y volátiles como los
nuestros tendrá peligrosas consecuencias, y que mientras las elites políticas,
sea en Washington o en Paris, sin importar si son socialistas o de derecha,
sean Demócratas o Republicanos, sigan ignorando el desplome de la
globalización, rechacen responder racionalmente al clima de crisis y continúen
sirviendo a la férrea tiranía de la finanza global, más seguirán haciendo
trizas de cualquier posibilidad de un consenso político, mayor será la erosión
de la efectividad de nuestras instituciones políticas y el otorgamiento de
poder a la extrema derecha.
Comentando los primeros resultados de las elecciones en
Francia, el lunes 23, Hedges escribe que el 17.9 por ciento de votos que
recibió el FN de Marine Le Pen es signo de esta creciente polarización, ya que
ese partido se convirtió en “el principal partido de oposición en Francia si
François Hollande gana, como se anticipa, en la segunda vuelta del 6 de mayo”.
Y resalta el “decepcionante” 11 por ciento de los votos que obtuvo Jean-Luc
Mélenchon “de la izquierdista coalición Frente de Izquierda”, para añadir que
“al menos Francia tiene su Mélenchon. Él fue el único candidato que atacó a la
diatriba racista y nacionalista de Le Pen. Mélenchon exhortó a anular todas las
medidas de austeridad, predicó la política de y se comprometió a luchar por lo que él definió como la “alimaña
parasitaria que controla los mercados globales”.
Como en los años 30 el desmoronamiento del neoliberalismo
aumenta el peligro de la tentación fascista. Pero hace ya varios años que el
totalitarismo neoliberal, en este caso el gran capital financiero, está en el
poder. Hedges lo resume de la manera siguiente: Los extremistas, por supuesto,
están ya en el poder. Desde hace varios años están en el poder. Son ellos
quienes están redactando las legislaciones, designando los candidatos y
financiando sus campañas, dominando las cortes y efectivamente destripando las
regulaciones y los controles ambientales. Son ellos quienes succionan miles de
millones en subsidios gubernamentales y no pagan impuestos. Ellos están
determinando nuestras políticas energéticas, saqueando el Tesoro de Estados
Unidos y controlando de manera rígida el debate y la información pública. Son
ellos quienes para sacar ganancias libran inútiles y costosas guerras
imperiales, y quienes están detrás del desmantelamiento de nuestras más
veneradas libertades civiles. Ellos están creando programas gubernamentales
para extraer todos los dineros que quedan en las arcas de Estados Unidos. Y ellos
saben que Rommey o Barack Obama, junto a los partidos Demócrata y Republicano,
no los detendrán.
¿Renacerá el fascismo
en Europa?
Lo que parece una constante en la UE es el resurgimiento de
los partidos neofascistas que atraen un elevado porcentaje de votos, como el de
Wilders en Holanda o el de Le Pen en Francia, entre muchos otros similares que
ya están presentes en los parlamentos y gobiernos electos (y no electos, como
el de Grecia) de los países de la UE.
En Grecia fueron creados recientemente ocho partidos
políticos como respuesta a la capitulación de los partidos tradicionales ante
la Troika y las terribles consecuencias de las políticas de austeridad y de
privatización de las empresas públicas, en particular el desempleo masivo y el
empobrecimiento de toda la población trabajadora y de los jubilados. Uno de
ellos, el Golden Dawn, una organización neonazi que plantea la expulsión de los
inmigrantes, tiene posibilidades de ganar escaños en el Parlamento en las
elecciones del próximo 6 de mayo, según los sondeos.
Para algunos analistas, como Richard Whitman de Chatham
House en Londres, lo que se está viendo a través de toda Europa es un
movimiento contra quienes detentan el poder, y en donde al no tener
posibilidades de expresar su insatisfacción con los gobernantes, el pueblo “le
está pegando patadas a quienes gobiernan”.
Esta es una visión simplista y peligrosa, porque hay
indicios de que el voto por los partidos de extrema derecha no es
exclusivamente un fenómeno pasajero, un “voto de protesta” eventualmente
conquistable por otros partidos. Sin contar con otra tendencia que se perfila
netamente en muchos países europeos, como es la fusión o alianzas explicitas de
los partidos de la derecha tradicional, que están debilitándose al proseguir
políticas de austeridad, con los partidos de extrema derecha, existentes o que
están siendo creados.
.
En efecto, hay un “voto de protesta” ejemplificado en una
entrevista que publica el diario Le Monde (2) con un elector que toda su vida
votó socialista y que el 22 de abril dio su voto al FN: «Probamos con la
derecha, con la izquierda, hay que probar la extrema derecha. Y después
veremos… » El 18 por ciento de votos que el FN recibió es, para este elector,
“una advertencia los políticos, para meterles miedo. Una advertencia a Sarkozy
(que) durante cinco años no hizo otra cosa que ayudar a los ricos”, pero
también un “llamado de atención” a Hollande, por quien este elector votará en
la segunda ronda, “para que no haga lo mismo que (François) Mitterrand, que me
decepcionó en la cuestión de los salarios”.
Pero para Alain Mergier y Jerôme Fourquet, que efectuaron un
estudio “sobre los resortes del voto FN en los medios populares”, el FN está
más enraizado de lo que se piensa en los sectores más perjudicados por la
globalización (3), y esto tiende a confirmarse en el seguimiento de la
localización del voto del FN.
Una gráfica publicada por el diario Le Figaro (4) tiende a
confirmar este afincamiento del FN en las periferias urbanas, a distancias de
30 a 100 kilómetros de los grandes centros urbanos, lo que indica una mezcla de
población rural, pequeños productores agrícolas afectados por la crisis y poco
favorecidos por las políticas agrícolas de la UE, que han sido diseñadas para
favorecer a las grandes empresas agroindustriales y exportadoras de granos y
alimentos, así como pequeños comerciantes arruinados por los supermercados de
las grandes empresas comerciales, y una creciente población desplazada de las
ciudades por los altos alquileres, que sufre además la precariedad laboral. Y en las zonas
urbanas, donde tienen fuerte presencia el PS y el Frente de Izquierda (5), la
presencia del FN es marginal.
Precisamente porque existe este afincamiento el partido
Unión por un Movimiento Popular (UMP), de Nicolás Sarkozy, está dando muestras
de buscar una fusión o alianza con el FN de Marine Le Pen con vista a la
segunda ronda electoral, para que Sarkozy pueda renovar su mandato, y esto le
convendría al FN en su estrategia para las legislativas de junio.
Según el periodista Gregory Marin del diario L’Humanité, del Partido Comunista
Francés, Marine Le Pen busca, con el apoyo de otras fuerzas de derecha,
beneficiarse de la dinámica para poder formar
un grupo parlamentario en la Asamblea Nacional. Algo posible, según la
proyección de los resultados de la primera ronda de la elección presidencial.
Para Marin el FN tiene posibilidades reales de hacer elegir
diputados si en las legislativas de junio mantiene el resultado de la primera
ronda electoral (algo que no está asegurado porque el FN tiende a perder un
tercio de sus votos en las elecciones legislativas), e incluso podría forzar
una alianza con la UMP de Sarkozy “para luchar juntos contra la izquierda”.
El diario L’Humanité cita un sondeo de Opinionway, según el
cual el 59 por ciento de los electores de Marine Le Pen y el 64 por ciento de
quienes votaron por Sarkozy “son favorables a una alianza entre la UMP y el FN
antes de las elecciones legislativas” para enfrentarse a los candidatos de la
izquierda que pueden ganar si los partidos de derecha y extrema derecha van
divididos.”
Esta perspectiva es tan aparente en los discursos y
declaraciones de Nicolás Sarkozy que, en un editorial publicado el 26 de abril
sobre la búsqueda del apoyo del voto del FN, el diario Le Monde advierte a
Sarkozy que “el fin no justifica los medios”.
Tenía mucha razón Jean-Luc Mélenchon en atacar
sistemáticamente al FN, porque el fascismo, como en la mitología el ave Fénix,
puede renacer.
Notas
1.- Chris
Hedges
http://www.truthdig.com/report/item/the_globalization_of_hollow_politics_20120423/
2.-
http://dunkerque.blog.lemonde.fr/2012/04/23/mon-vote-le-pen-une-mise-en-garde-pour-hollande/
3.- Alain Mergier y Jerôme Fourquet, Le Point de Rupture,
accesible en http://gesd.free.fr/fnpopu.pdf
4.-
http://elections.lefigaro.fr/presidentielle-2012/2012/04/25/01039-20120425ARTFIG00645-en-grande-peripherie-le-fn-emporte-la-mise.php
5.- http://www.humanite.fr/politique/gros-plan-sur-les-resultats-du-front-de-gauche-dans-les-communes-strategiques-495150
http://alainet.org./active/54385 |