Especial para La Página |
La idea de progreso manejada en forma descontextualizada de
la realidad social, asumida como una promesa genérica de mejora de las
condiciones de vida para todos, sin referirse a la estructura de la sociedad
actual y sin definir el camino que habría que transitar para alcanzarlo, es un
artilugio del candidato opositor para uniformar y simplificar su discurso
electoral y opacar la esencia antipopular de su programa de gobierno,
radicalmente comprometido con el modelo neoliberal.
La noción de progreso no es neutra. Para los que defienden
el sistema capitalista, éste se mide con el incremento “progresivo” de la
ganancia de unos pocos privilegiados, a costa de la explotación irracional de
los seres humanos y de la naturaleza. Este modelo capitalista “progresista”,
está llevando a la humanidad en la dirección contraria al desarrollo humano y
al planeta a su destrucción. Por el contrario, para los que planteamos la
emancipación del trabajo frente al capital como el eje motor de la política y
de la economía, es el desarrollo social y humano en armonía con la naturaleza,
lo que lo determina.