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Foto: Rubén Limardo
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Alfredo Portillo
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Especial para La Página
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Cuán difícil le resultó a la mayoría de las delegaciones que
asistieron a los Juegos Olímpicos de Londres, poder ganar una medalla. De las
204 delegaciones de atletas que compitieron en la magna justa del deporte
mundial, apenas 83 de ellas, es decir, el 40%, lograron obtener al menos una
medalla olímpica y, tan sólo 54,
pudieron bañarse con el oro. El resto debió regresar a casa con las manos
vacías, aunque, tal vez, con la
satisfacción espiritual de haber podido
asistir.
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Medallas olímpicas de Londres |
Del total de las preseas en disputa, el 43% fue conquistado
por el sexteto conformado por Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Rusia, Corea
del Sur y Alemania, en representación de la tríada América del
Norte-Europa-Asia Emergente. Por su parte, de la región de América Latina y el
Caribe, entre las 13 delegaciones
exitosas conquistaron 72 medallas, equivalente al 7,5% del total, mientras que
del continente africano, entre las 10 delegaciones que subieron al podio,
sumaron 34 preseas, es decir, el 3,5% del botín.
Al escudriñar el mapamundi olímpico destaca positivamente el desempeño de las
delegaciones de Kazajistán, Cuba, Jamaica y Corea del Norte, ubicadas entre las
posiciones 12 y 20 del ranking olímpico Londres 2012, mientras que
negativamente figuran países desarrollados como Suiza, Suecia, Noruega, Bélgica
y Portugal, los cuales quedaron relegados en la franja que va de la posición
32 a la 69.
Ganar una medalla olímpica ha sido en verdad muy difícil,
entre otras razones porque, en muchas competencias o pruebas, la diferencia con los tres primeros lugares
pudo haber sido de metros, centímetros, segundos, centésimas de segundo,
escasos puntos o un gol. También se dio
el caso de atletas que se lesionaron en plena actuación, o fueron
descalificados por salidas en falso o por cualquier otra irregularidad. Algunos
lloraron desconsoladamente, otros no lo podían creer. Para algunos era su
última oportunidad, para otros aún hay la esperanza de otros juegos olímpicos.
Para la mayoría, queda el sueño de poder vivir alguna vez, u otra vez, tan
incomparable experiencia humana.