Honoré de Balzac
✆ Igor Jovchevsky |
Especial para La Página |
¿Cómo pudo, preguntan los críticos, William Shakespeare
imitar los sentimientos de una mujer? Bueno, Shakespeare todo lo sabía de
antemano. Los grandes escritores de novelas, tales como Goethe o Victor Hugo,
han nacido con un espíritu móvil, con lengua de fuego y con el corazón
valiente.
Para no perecer en el movimiento que la inspiración nos
estiba (‘motti dell’animo’) es necesario tener una personalidad muy fuerte.
Imitar la voz, la conducta y los gestos de otra persona sin que dicha persona o
personaje nos trague exige que dominemos el arte de la demarcación emocional,
es decir, la técnica artística.
¿Cómo sé cuándo hablo yo y cuándo habla mi personaje? Eso
sólo puedo saberlo si