La Reserva Federal norteamericana volvió a dejar sin cambios
la tasa de interés de referencia. Con caídas bursátiles considerables, los
“mercados” bailaron durante los dos días que se desarrolló la reunión de la
Fed. Pero a diferencia de lo que podría pensarse, esos movimientos de coyuntura
no estuvieron vinculados a la “incertidumbre” sobre las resoluciones del
organismo que ya estaban cantadas. El origen de las perturbaciones hay que
buscarlo en la cercanía de un eventual Brexit, es decir en la posibilidad de
que el Reino Unido abandone la Unión Europea tras el plebiscito del 23 de
junio.
Mientras la probabilidad de este suceso resultó baja durante
la primer parte de la campaña, los sondeos –es cierto que muy cuestionados- en
su mayoría muestran ahora ganador al Brexit aunque el 17% de los electores se
mantiene aún en el terreno de la indecisión. Si bien gran parte de los
analistas considera que llegado el momento es probable que el resultado se
revierta o que una victoria por la salida obtenga una diferencia tan mínima que
obligue al Reino Unido a renegociar con la Unión Europea, en el caso de que el
Brexit se hiciera realidad, se calcula que la respuesta tan solo inmediata de
la libra esterlina y del mercado de valores británico se traduciría en caídas
superiores al 10%.