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La primera fase técnica de la globalización neoliberal fue
el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Poco antes (1913) las elites
financieras anglo-americanas habían creado la Reserva Federal,
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
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| Armando Morales ✆ El último adiós a Sandino |
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Mercado
de Tlatelolco, 1942
✆ Diego Rivera |
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| Vladimir Putin ✆ Hossein Safish |
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| Octavio Paz ✆ Fernando Vicente |
Oliver Stone &
Mark Weisbrot | El gobierno de Bush tuvo una política expresa
de intentar aislar a Venezuela de sus vecinos, pero en lugar de eso la
estrategia resultó en el aislamiento de Washington. El presidente Obama, en su
primera reunión con líderes del continente en Trinidad en 2009, prometió un
nuevo comienzo. Pero hoy su gobierno se encuentra aún más aislado que el de su
antecesor, y en gran parte por las mismas razones.
Herbert Marcuse | La
tesis acerca del fin del arte se volvió una consigna familiar. Los radicales la
consideran una obviedad; rechazan o “suspenden” al arte porque es parte de la
cultura burguesa, de la misma manera que rechazan o suspenden su literatura o
su filosofía. El veredicto se extiende fácilmente a toda teoría, a toda
inteligencia (más allá de lo “creativa” que sea) que no dispare la acción y la
práctica, que no contribuya de manera evidente a cambiar el mundo, que no se
abra paso–al menos por algún tiempo–en el universo de contaminación mental y
física en que vivimos. La música alcanza este objetivo con la canción y la
danza; la música activa el cuerpo, las canciones ya no cantan sino que chillan
y gritan. Para hacerse una idea del camino recorrido en los últimos treinta
años se pueden comparar las melodías y los textos “tradicionales” de las
canciones de la guerra civil española con las actuales canciones de protesta y
rebeldía. O compárese el teatro “clásico” de Brecht con el “living theatre” de hoy.[1] Estamos presenciando un ataque no sólo
político sino también, y en primer lugar, artístico al arte en todas sus
formas, al arte como forma en sí mismo. Se niega, se rechaza y se destruye la
distancia y la disociación del arte respecto de la realidad. Si el arte es
todavía algo en absoluto, debe ser algo real, parte y territorio de la vida,
pero de una vida que en sí misma sea una negación conciente del estilo de vida
establecido con todas sus instituciones, su entera cultura material e
intelectual, toda su inmoral moralidad, su conducta exigida y clandestina, su
trabajo y su esparcimiento.
Gustavo Márquez Marín | Disiento
del que piensa que fue derrotado el golpe continuado que adelanta el
imperio estadounidense, a través de la violencia terrorista guarimbera, desatada por la derecha
fascista que sirve a sus intereses. Es posible que las acciones preventivas y
disuasivas del gobierno, la falta de respaldo de los sectores populares, el
hastío de sectores medios secuestrados en sus propias urbanizaciones, la
unidad de las FAB y las contradicciones en la oposición, estén influyendo
en su debilitamiento progresivo. Empero, sería un error inferir que por
ello el plan golpista ha cesado. Recordemos que su estrategia es la
“guerra prolongada”, iniciada con el arribo a Miraflores de
Chávez, aplicada bajo el paragua de la guerra psicológica expandida a través de
las redes sociales y una campaña comunicacional global intensiva,
que presenta al gobierno del Presidente Maduro como una dictadura, violador de
los derechos humanos y sujeto por ello a la aplicación de la doctrina
imperialista de la “seguridad humana” para “legitimar” una
intervención extranjera.
Raúl Zibechi | Es
probable que estemos ingresando en el núcleo duro de la transición hegemónica,
tanto a escala global como en la región latinoamericana. Los sucesos de
Venezuela y Ucrania, sumados a los de Siria y Sudán, a los que cada mes se
sumarán otros, parecen indicar que la transición hacia un mundo post
estadunidense se acelera dejando una estela de crisis económicas, sociales y
humanitarias. Una transición hegemónica no puede producirse sin crisis y guerras,
nos agrade o no esa perspectiva.
Michael Burawoy | En
respuesta a la creciente separación entre el ethos sociológico y el mundo que
estudiamos, el desafío para la sociología pública son las diferentes formas en
las que comprometerse con sus públicos. Estas sociologías públicas no deberían
estar en los márgenes sino que deberían formar parte del marco de trabajo de
nuestra disciplina. De esta manera haremos de la sociología pública una empresa
legítima y visible y, por ende, reforzaremos en todo su conjunto a nuestra
disciplina. Según esto, si observamos la división del trabajo sociológico,
descubriremos una interdependencia antagónica entre cuatro tipos de conocimiento,
a saber: profesional, crítico, práctico y público. En el mejor de los mundos
posibles, el florecimiento de cada uno de los tipos de sociología es condición
fundamental para el florecimiento de todos ellos, A pesar de que puedan asumir
formas patológicas o ser víctimas de exclusiones o subordinaciones. Este campo
de poder nos impulsa a explorar las relaciones entre los cuatro tipos de
sociología según su transformación histórica y nacional, así como la manera en
que permiten carreras individuales divergentes. Por último, la comparación
entre disciplinas apunta al cordón umbilical que conecta la sociología con el
mundo de los públicos, subrayando el interés particular de la sociología en la
defensa de la sociedad