Desaparecidos ✆ Magalú Mariana García |
Especial para La Página |
-Yo no sé engañar -dijo Martes tristemente
y sonrojándose un poco.
-¡Admirable, amigo mío, admirable! -le interrumpió el presidente,
zumbón y pesado-. Entonces no sabe usted hacer nada.
y sonrojándose un poco.
-¡Admirable, amigo mío, admirable! -le interrumpió el presidente,
zumbón y pesado-. Entonces no sabe usted hacer nada.
¡Magnífico todo lo de Chesterton, Shaw y Orwell! Pero
sigamos. He ahí la definición de Semiótica que necesitamos para empezar el
curso. Tal vez ahorita no tengan mucho significado las palabras de Chesterton,
pero más adelante tendrán no sólo un significado, sino un significante, una
pragmática y una semántica. Los que ya han estudiado a Pierce o a Morris se
sentirán más cómodos con este extraño inicio literario.
La Semiótica es para Umberto Eco el "arte de
mentir". Muy bien, un italiano y un inglés están de acuerdo. La Semiótica
construye signos, que es algo bastante complicado. ¿Por qué es complicado? Es
complicado porque crear un símbolo, un signo, un referente o como queramos
llamarle a los "data" que nos circundan, exige que el receptor del
"data" esté dispuesto a invertir su tiempo para aprender lo que le
queremos decir. Citaré un poema de Nicolás Guillén:
"En los dientes, la mañana,
y la noche en el pellejo.
¿Quién será, quién no será?".
y la noche en el pellejo.
¿Quién será, quién no será?".