Mijaíl Bakunin ✆ Granger |
El pasado 30 de mayo se cumplieron dos siglos del nacimiento de Mijaíl
Aleksándrovich Bakunin, uno de los personajes esenciales en los
comienzos del anarquismo. Las ideas colectivistas y federalistas que
defendió en su madurez son bien conocidas, como lo es su largo
cautiverio en Rusia y su fuga, o su polémica posterior con Karl Marx.
Sin embargo, otros aspectos de su vida lo son mucho menos. Mijaíl
Bakunin, que vive entre 1814 y 1876, en el fervor del romanticismo,
reúne en él un cúmulo de contradicciones que parece imposible encajar.
Es un aristócrata revolucionario, un filósofo idealista que evoluciona
hasta acabar encontrando el sentido de su existencia en las luchas
obreras, un apóstol de la libertad que no duda en organizar cuando lo
cree necesario sociedades secretas donde imperaba la más estricta
obediencia, un profeta de la religión de la humanidad capaz de caer en
ocasiones en clichés racistas.
Bakunin se nutre al principio de metafísica alemana, pero descubre luego la revolución y le entrega su vida; recorre entonces Europa en todas direcciones, olfateándola como hace un sabueso con su presa. Fue un pensador profundo y
Bakunin se nutre al principio de metafísica alemana, pero descubre luego la revolución y le entrega su vida; recorre entonces Europa en todas direcciones, olfateándola como hace un sabueso con su presa. Fue un pensador profundo y