De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno
dice un adagio, que al aplicarlo al ejercicio de la política o del gobierno
quiere decir, que no es suficiente tener un plan y una fuerte voluntad para
lograr el objetivo, porque dependiendo como se gestione el curso de la acción,
este puede transformarse en su contrario. Cuando se ejecutan políticas públicas
y se asignan recursos subestimando la complejidad del entorno social o sin
hacer el seguimiento apropiado, se puede producir el “efecto bumerán”.
A propósito de esta reflexión, un hecho que sigue lacerando
la conciencia de todos los venezolanos es el de la escandalosa defraudación
fiscal de US$ 22.000 millones cometida por “empresas de maletín”, a través de
un sistema de “control de asignación de divisas” creado para ejecutar la
política del “anclaje cambiario”.