Wolfgang Möhl | Es
que cierto logro no se les puede impugnar a las potencias económicas mundiales,
los EE UU y la UE: generando y concediendo crédito por decisión soberana en
cantidades ilimitadas han conseguido detener la desvalorización de deudas
bancarias y de sus propias deudas soberanas, rescatar su solvencia y la de su
economía, y apoderar a la banca a retomar sus actividades especulativas. Han
puesto en circulación una masa inmensa de recursos líquidos que ni se derivan
de una acumulación de capital, ni se emplean para crear “un crecimiento
sostenido”; recursos que por lo tanto no están ni pueden ser justificados
económicamente, que no representan más que simples déficits públicos y que
tienen su valor únicamente por disposición estatal. Con tal empleo de su fuerza,
las grandes potencias capitalistas sostienen la economía mundial: financian por
decreto la marcha del capitalismo mundial.
1. El negocio capitalista mundial después de varios años de crisis financiera
En el séptimo año de la gran crisis financiera vuelven a
escucharse noticias prometedoras: los centros de la economía mundial, los EE UU
y la UE –aquí incluso los más débiles de los países del euro–, por fin vuelven
a registrar cierto crecimiento económico. Y la crisis de la deuda soberana
europea también parece superada: hasta Grecia consigue vender en el mercado
bonos a intereses aceptables.










