“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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19/9/16

Notas sobre Lenin y el arte

Lenin en Smolny ✆ Isaak Brodsky
Adolfo Sánchez Vázquez  
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Lenin, artífice de la primera revolución socialista y fundador y organizador del primer Estado Socialista, ¿es también el fundador de la estética marxista? Es evidente que en él, como dirigente revolucionario y como el más alto constructor del socialismo después de Octubre, hay una actitud hacia el arte y la literatura que se manifiesta en diversos escritos y, tras de la toma del poder, en la política cultural que él inspira; pero ¿justifica esto hacer de sus afirmaciones y directivas políticas los principios rectores de una estética marxista? He ahí una pregunta a la que un estudio actual sobre Lenin y el arte ha de responder, no a priori, sino tras de haber reexaminado, siempre en el marco de la situación concreta en que se produjeron sus aportaciones en este dominio.
2
La respuesta a esta cuestión debe permitimos, a su vez, responder a esta otra: el empeño de ver el genio de Lenin mentalmente político-revolucionario- proyectándose por igual en todos los campos -en una nueva versión del llamado culto a la personalidad- ¿ no habrá servido, ante todo, en el campo de la estética para arropar con su enorme prestigio teórico-práctico una teoría y praxis del arte; concretamente, la que ha dominado hasta ahora -con la clara excepción de Cuba- en la mayoría de los países socialistas?

16/9/15

El concepto de praxis en Lenin

Lenin ✆ Petrov Vodkin, 1934
Adolfo Sánchez Vázquez   |   De 1908 data uno de los escritos filosóficos más importantes de Lenin; el otro, de 1914-1916, lo constituyen sus Cuadernos filosóficos. ¿Qué alcance filosófico y práctico-político tiene el primero de ellos?; ¿qué es lo que lleva a Lenin a polemizar con los seguidores rusos de una “variedad del idealismo”?; ¿por qué se ocupa este dirigente revolucionario de cuestiones, al parecer, distantes de la lucha política directa como la “cosa en sí”, la “verdad objetiva”, la materia, la “unidad del mundo”, el espacio, el tiempo y otras semejantes? Lenin no se había interesado hasta entonces con tanta atención por las cuestiones filosóficas y él mismo se consideraba por aquellos días “un marxista de filas en materia de filosofía”. 1

En su prólogo a la primera edición de Materialismo y empiriocriticismo fija claramente su tarea, refiriéndose a “toda una serie de escritores que pretenden ser marxistas“: “…indagar qué es lo que ha hecho desvariar a esas gentes que predican bajo el nombre de marxismo, algo increíblemente caótico, confuso y reaccionario”. 2 Se trata de defender el marxismo frente a una filosofía —el “machismo”— que, como “variedad del idealismo, es, objetivamente, un instrumento de la reacción, un portador de la reacción”. 3

13/9/15

Adolfo Sánchez Vásquez, la crítica de la metafísica y la ética comunista

Foto: Adolfo Sánchez Vázquez
Néstor Kohan   |   Adolfo Sánchez Vázquez representa para nosotros mucho más que un nombre prestigioso en el ámbito de la filosofía o las ciencias sociales. Parafraseando a un viejo conocido en las aulas universitarias, leer su obra “me despertó de un sueño dogmático”. Comencé a estudiarlo sistemáticamente a inicios de los años ’90, cuando muchos anhelos, no pocas esperanzas y más de una certeza emancipadora se desgranaban sin gloria ni honor pero con mucha pena, desde aquella maciza mole de ladrillos ubicada en el barrio de Berlín hasta la rebeldía sandinista que había logrado acompañar a la revolución cubana durante una década. En un contexto donde imperaba “el desierto de lo real”, el neoliberalismo más ramplón y la llamada “crisis del marxismo”, nos sentíamos angustiados y solos. Mientras tanto, los principales ejecutores militares del genocidio argentino salían en libertad, desafiantes, amnistiados por un caudillo populista, conservador y neoliberal al mismo tiempo, que se inclinaba sumiso ante el imperio del norte vanagloriándose de sus “relaciones carnales” (sic) con los militares y el capital financiero de Estados Unidos.

8/9/15

Adolfo Sánchez Vázquez: filósofo, militante, humanista

Adolfo Sánchez Vázquez
Víctor Flores Olea   |   En días pasados, en la Facultad de Fi­losofía y Letras, tuvo lugar un muy pertinente homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez, con motivo del centenario de su nacimiento. Homenaje pertinente porque Adolfo fue sin duda uno de los profesores que más prestigio le han conferido a esa facultad universitaria y porque, en su campo, abrió ojos y caminos no sólo para estudiantes y profesores, sino porque al nivel de las polémicas universales que se despiertan alrededor de estos temas, el nombre de Adolfo Sánchez Vázquez está siempre presente como uno de los fundamentales. Nos enorgulleció su amistad y ahora nos llena de alegría el prestigio general que ha cobrado, como un gran intelectual que, desde la izquierda, supo llevar a lo más alto sus explicaciones e interpretaciones. Adolfo se hizo universal por propio mérito y así es considerado hoy por colegas de prácticamente todas partes del mundo.

Es muy impresionante su trayectoria. Desde los primeros años, en su natal Algeciras, despertó en él poderosamente el sentimiento de solidaridad que se debe a los más necesitados y este aspecto de su carácter, que fue en su vida aspecto central de su voluntad y vocación, fue seguramente uno de los motivos fundamentales de Adolfo Sánchez Vázquez como militante de izquierda, y posteriormente, de su muy completa formación intelectual en torno al marxismo, que fue sin duda, ya como profesional, uno de los aspectos más atractivos de su existencia.

6/9/15

Adolfo Sánchez Vázquez: los trabajos del exilio

Adolfo Sánchez Vázquez
Adolfo Gilly   |   Como de tantas otras cosas que hacen al sentimiento y a la inteligencia, Adolfo Sánchez Vázquez también nos dijo del exilio. Escribió del exilio nombrándolo y otras veces sin nombrarlo, apenas tejido como filigrana en sus escritos filosóficos, literarios, políticos, poéticos. Su escritura misma es un caso de la fertilidad literaria del exilio, de la larga cosecha mexicana que nos vino con la semilla del “Sinaia” o del “Ipanema” o con otros vientos que no tuvieron nombre pero semillas trajeron: Juan Gelman por ejemplo, por nombrar entre todos uno para mí muy querido.

“Fin del exilio y exilio sin fin” se llama un escrito ejemplar de don Adolfo sobre la realidad prolongada del exilio. Cuando las razones y las condiciones políticas o sociales que lo engendraron se difuminan y desaparecen, el exilio pues llega a su fin.

“Y entonces –nos dice Sánchez Vázquez– el exiliado descubre con estupor primero, con dolor después, con ironía más tarde, en el momento mismo en que objetivamente ha terminado su exilio, que el tiempo no ha pasado impunemente y que, tanto si vuelve como si no vuelve, jamás dejará de ser un exiliado”. Lo escribió Bolívar Echeverría en “Imposible regresar a Dublín”: “Transfigurada, la ciudad a la que uno quisiera regresar sólo puede existir en verdad, espejismo cruel, en el universo inestable de la memoria”.

¿Es esto irremediable? Es y no es. Al decir de don Adolfo, el exilio podría ser “la suma de dos raíces, de dos tierras, de dos esperanzas. Lo decisivo es ser fiel –aquí o allí– a aquello por lo que un día se fue arrojado al exilio. Lo decisivo no es estar, aquí o allá, sino cómo se está”.

Adolfo Sánchez Vázquez: Por un socialismo idealmente existente

Adolfo Sánchez Vázquez
Cristina Serrano Ortuño
Rolando Cordera Campos   |   De lo que aquí hemos hablado es del socialismo que quería Sánchez Vázquez, una opción inspirada por un marxismo nuevo, abierto, crítico, como era en definitiva el marxismo que correspondía al pensamiento de Marx. Se trata de reflexiones que han recorrido la historia de las sociedades modernas, y que han sido pensadas y abordadas desde diferentes y, quizá para algunos, insólitos miradores.

En 1949 un físico alojado en Princeton y llamado Albert Einstein, en un artículo publicado en el primer número de la legendaria, hoy benemérita, revista Monthly Review, se preguntaba ¿Por qué el socialismo? Y se respondía: porque sólo hay un camino para eliminar los graves males que definen la crisis de nuestro tiempo, cuya matriz identificaba con la anarquía económica propia del capitalismo, así como con la constitución de una oligarquía del capital privado frente a la cual ni siquiera una sociedad organizada democráticamente podía poner freno. Este camino, proponía Albert Einstein, es el de una economía socialista acompañada por un sistema educativo orientado a fines sociales.

24/7/15

Adolfo Sánchez Vázquez, militancia de la Inteligencia

Foto: Adolfo Sánchez Vásquez
Fernando Buen Abad Domínguez   |   No somos pocos, por suerte, los endeudados para siempre con la obra [1] de Adolfo Sánchez Vázquez [2], militante de la inteligencia cuyo trabajo es indispensable contra “Un mundo injusto, abismalmente desigual; insolidario, competitivo y egoísta; un mundo en el que, por ejemplo, una potencia –los Estados Unidos– se burla del derecho internacional y recurre a la forma más extrema de la violencia contra los pueblos: la guerra preventiva, y a la más bárbara y repulsiva práctica contra los individuos inocentes: la tortura; un mundo en el que la dignidad personal se vuelve un valor de cambio y en que la política –contaminada por la corrupción, el doble lenguaje y el pragmatismo– se supedita a la economía”. Este endeudamiento voluntario con Sánchez Vázquez no se salda con fiebres apologéticas. Acaso lo que menos desearía el propio Sánchez Vázquez es pertenecer al santoral de las lisonjas ceremoniosas. Quienes lo vimos y leímos tenemos la responsabilidad, que debe tenerse ante el trabajo de todo revolucionario, de aprovechar y perfeccionar críticamente su obra como herramienta viva para la construcción de una alternativa al capitalismo -como el socialismo- cada minuto más urgente. Herramienta dialéctica para un trabajo que tiene la obligación histórica de fortalecer la inteligencia en la praxis revolucionaria, fortalecer la voluntad y la sensibilidad para que tal praxis revolucionaria sea un acto creador colectivo y enamorado. Ética, estética y praxis hacia el socialismo.