Parece de pronto que el conservadurismo se hubiera vuelto
más delirante que nunca.
El público de los debates republicanos vitorea las
ejecuciones y abuchea a un soldado en servicio activo por ser gay. Los
políticos juran lealtad a Rush Limbaugh, un lunático tragapíldoras [influyente
presentador radiofónico ultra adicto a los calmantes] que ofrecía recientemente
un trato a las "feminazis": "Si vamos a pagar sus
anticonceptivos, queremos que subáis los videos a la red para que podemos
verlos todos". Miles de "Oath Keepers" ["Fieles al
Juramento "] — Policía y Militares Contra el Nuevo Orden Mundial
— se juramentan para desobedecer las órdenes ilegales que con seguridad
se impartirán una vez instituya Barack Obama la ley marcial. Un candidato
presidencial republicano de importancia habla de servidumbre por contrato… y
otro propone convertir a los escolares en porteros. Sólo un 12% de los
republicanos de Mississippi cree que Obama sea cristiano. Los republicanos de
Arizona impulsan una ley que permite a los patronos despedir a sus empleadas
por recurrir al control de natalidad.