El pronunciamiento del gobierno colombiano sobre el intento
del expresidente Pastrana de visitar al Leopoldo López en la cárcel, es injerencista
e inaceptable para los venezolanos. Con una redacción sutilmente insolente,
conmina al gobierno nacional a “que explique las razones por las que no
autorizó la visita” y más grave aún, aboga por que “recupere su libertad”,
quien está procesado por su responsabilidad en las guarimbas criminales que en
2014 enlutaron al país con un saldo de 43 muertos, 800 heridos y más de $
10.000 millones en daños al patrimonio público.
La cancillería colombiana afirma que el gestor del
tristemente célebre “Plan Colombia” realizaba una “visita de carácter privado”.
Ese plan de los gringos que convirtió la hermana República en una base de EEUU
en la región, provocando una verdadera crisis humanitaria que ha generado más
de 4 millones de desplazados, muchos de los cuales encontraron refugio en la
Venezuela chavista. Una “visita” de esa especie requiere de una autorización
oficial que nunca se tramitó, porque en realidad su objetivo era montar un
“show” de respaldo a la oposición fascista que actúa como agente del golpe
continuado dirigido desde Washington. Es decir, tenía fines políticos y de
clara injerencia en los asuntos internos del país. Al igual que las otras
marionetas del “Circo del Tío Sam” -Calderón y Piñera- vino a integrarse a la
tramoya golpista que está montando su amo del norte.