
“El país está en guerra”, fue lo que le gritó el agente de
la Fuerza del Orden a un ex policía jubilado que, por casualidad, también era
ngobe y protestaba contra la desposesión de las tierras ancestrales de su
pueblo en San Félix, a principios de febrero pasado. A mediados de marzo, otro
miembro de la Policía amenazaba a dos mujeres en La Chorrera diciéndoles que no
le habían “enseñado a escuchar, sino a matar”. Estas dos experiencias - y otros incidentes similares -
están dando claros indicios de una creciente militarización de la llamada
Policía Nacional panameña.