
Al abordar la construcción teorética de Slavoj Žižek,
tenemos dos caminos: su vida y sus aportes al mundo del pensamiento social. El
primero recae en aquella pereza intelectual de conocer los detalles domésticos
del autor como manera de “entender” sus aportes teóricos. Lo cual, si bien es
bastante cómodo, no ofrece en nada posibilidades de problematización del
momento actual. No negamos que conocer su biografía, hermanos, nombre del
padre, onomástico del autor, ayuden, pero eso es el acercamiento al cual el
autor critica, es decir, lo banal posicionado como vital y lo accesorio
instaurado como necesario. De ese modo, su propia biografía montada en el
ciberespacio es la explicación que el filósofo confiere al pensar el universo
de la comunicación. Ergo, la comunicación entendida como un flujo y reflujo de
circulación perpetua, misma que permite abrir ventanas simbólicas e imaginarias
de interfaz.