Pero la expectativa de llegar a octubre con las variables bajo control se está disipando. El anclaje del dólar con alta inflación y déficit fiscal ya no alcanza para disimular las turbulencias de la economía. La devaluación se vislumbra en la cotización del blue y salta a la vista la fragilidad oficial para enfrentar la presión cambiaria. Mientras recorta las ventas de divisas para el ahorro y pisa los pagos de las importaciones, el Banco Central pierde 100 millones de dólares por día.
El punto crítico de los próximos dos meses son las reservas disponibles. Si se descuentan los pagos y compromisos queda muy poco. En este escenario Scioli, Macri y Massa han comenzado a exhibir a sus economistas. Las explicaciones no pueden esperar hasta diciembre.