Especial para La Página |
La
idea de que las contiendas electorales ponen en escena una “ficción política”
es, después de todo, menos descabellada de lo que parece, pues es en ella en la
que chapotea la política actual entre nosotros. Esta ficción posee, desde
luego, todo el suspense de una justa deportiva, mezcla de farándula, hípica o
fútbol. Es la industria del entertainment
la que construye a diario la “carrera presidencial”. Nótese que en esta lógica
todo se resuelve en torno a figuras, esto es, en torno a las presuntas
cualidades o atributos de determinadas individualidades. Son éstos, los rostros
que alimentan el imaginario de millones de ilusos incautos que volverán a votar
como quien apuesta a “Pepito-paga-doble”.
Al
igual que esos astutos charlatanes callejeros, los voceros autorizados de la
clase política de todos los colores nos
ofrecen al personaje de turno, mientras los medios se encargan de hacer las
encuestas entre el público. El giro más reciente de estas mediciones nos indica
que la ex mandataria, señora Bachelet obtiene una mayoría significativa de
potenciales votos (42%), le sigue el señor Golborne (15%) y una figura
inesperada llamada Franco Parisi que se empina ya al 10%, mucho más atrás otros
nombres como Allamand (7%), Longueira y Velasco (4%), Lagos Weber y Orrego
(1%), y finalmente, Rincón y Jocelyn Holt con un frustrante 0%. En un hipotético
encuentro entre Bachelet y Golborne, la balanza se inclinaría a favor de la ex
presidenta (60%) por sobre el 32% que obtendría Laurence Golborne.