“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/9/15

Teorías de pobreza campesina de Danielson y de Boltvinik: complementarias

El 70% de los campesinos mexicanos viven en la pobreza
Julio Boltvinik   |   La teoría de la desocupación campesina de invierno de Nikolai F. Danielson [en La Página de Omar Montilla fue presentada la exposición y crítica de Lenin sobre esta teoría] puede ser vista como un precedente obvio (pero muy poco conocido) de mi teoría sobre la estacionalidad agrícola como origen de la pobreza y la persistencia campesina. La teoría de Danielson busca explicar sólo la pobreza, no la persistencia, campesina. Para aclarar las relaciones entre ambas teorías recordaré en qué consiste mi teoría, y presentaré algunas precisiones sobre estacionalidad. En un artículo sinteticé así mi teoría:

Septiembre 11, Chile | Salvador Allende según Pablo Neruda, Gabriel García Márquez & Eduardo Galeano

Hace 42 años, en un dramático combate por el asalto a La Moneda, el Palacio Presidencial de Chile, murió el Presidente Salvador Allende. Las fuerzas golpistas entregaron al General Augusto Pinochet un escueto informe: “Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto”. Poco después se conformó la Junta de Gobierno. La Unidad Popular y su presidente habían sido aniquilados, iniciándose diecisiete años de dictadura militar. Tres grandes escritores de Nuestra América describen esos sucesos.
“Mi pueblo ha sido el más traicionado de este tiempo”Pablo Neruda
Foto:Salvador Allende, 11 de septiembre de 1973
Desde Isla negra, su residencia en Chile, el 14 de septiembre de 1973, Pablo Neruda escribió su dramático testimonio del 11-S latinoamericano. Luego, el 23, fallece de cáncer. Todos dicen que murió de pena.
De los desiertos del salitre, de las minas submarinas del carbón, de las alturas terribles donde yace el cobre y lo extraen con trabajos inhumanos las manos de mi pueblo, surgió un movimiento liberador de magnitud grandiosa. Ese movimiento llevó a la presidencia de Chile a un hombre llamado Salvador Allende, para que realizara reformas y medidas de justicia inaplazables, para que rescatara nuestras riquezas nacionales de las garras extranjeras.

Donde estuvo, en los países más lejanos, los pueblos admiraron al presidente Allende y elogiaron el extraordinario pluralismo de nuestro gobierno. Jamás en la historia de la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, se escuchó una ovación como la que le brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo.

9/9/15

Laclau y Spinoza: dos lógicas de la autofundación

Spinoza ✆ Gabi Gleichmann
Juan Domingo Sánchez   |   1. Las principales contribuciones de Laclau a la teoría política son la reinterpretación de la hegemonía en términos no esencialistas y la recuperación del denostado "populismo" como sinónimo de "política" y de "democracia".  Laclau reinterpreta el concepto gramsciano de hegemonía con una finalidad precisa: restablecer para los movimientos populares, genéricamente denominados "socialistas", un campo abierto para la acción política. Este campo había quedado cegado por el marxismo y sus lecturas esencialistas de la lucha de clases. La idea de que la política fuese la expresión de la lucha de clases y esta a su vez de una dinámica económica fundamental, presente de manera contradictoria en Marx y de manera explícita en una tradición del "socialismo científico" que va de Engels a Stalin, somete la política y sus actores a un completo determinismo. El resultado de este determinismo económico es que la acción política de los trabajadores queda sometida al saber y el poder organizativo de unos dirigentes a quienes se supone el conocimiento teórico de los resortes de la historia y la política.

China: del comunismo rural al capitalismo salvaje

Mural dedicado a Deng Xiao Ping
en la ciudad de Shenzen
Decio Machado   |   A medida que China se adentra en el siglo XXI y compite como potencial mundial en el capitalismo global, asistimos como la mayor de sus paradojas al hecho de que todo este cambio se haya producido bajo la supervisión del Partido Comunista Chino, en otro tiempo un enemigo radical de la empresa mercantil y la propiedad privada. Sin embargo, hay que reconocerle a la antigua burocracia comunista china, que sus reformas más relevantes han sido de cosecha propia, no viniendo dictadas desde el exterior por gobiernos extranjeros u organismos internacionales.

La historia de la República Popular China debe dividirse en dos etapas notablemente diferenciadas. La primera estuvo dominada por la figura del Mao Zedong, quien desde una visión derivada de la ortodoxia ideológica comunista implementó su catecismo en todos los ámbitos de la sociedad; mientras la segunda, tras su muerte en 1976 y una corta sucesión por parte de Hua Guofeng, que desembocó en el ascenso de Den Xiaoping al poder en 1981, marcó el punto de inflexión a partir del cual se pondrá fin a las políticas implementadas bajo el “socialismo real” maoísta, e iniciará una serie de reformas que desembocaron en un proceso de intenso crecimiento económico que convertiría a la República Popular China en una gran potencial económica inmersa en el capitalismo global.

8/9/15

Salvador Allende inmortal

Salvador Allende ✆ Mural en una callejuela de Roma, Italia
Lo ocurrido en Chile el 4 de septiembre de 1970 aún no ha desplegado toda su profunda trascendencia histórica. Tal como lo dijera esa noche desde el balcón de la FECh el presidente electo Salvador Allende, emergía de lo más profundo de la historia el primer gobierno auténticamente democrático, popular, nacional y revolucionario de Chile. Se detonaba un momento único en la aporreada vida del pueblo que desde su anonimato incansable y fértil hizo lo posible por ese triunfo largamente buscado, que tantos obstáculos debió superar y tanta traición tuvo que sortear.

Lo excepcional del gobierno de Salvador Allende fue el hecho de que por primera vez los más pobres sabían que ese médico, socialista de verdad, los representaba y no buscaba abusar de su esperanza. Esa fe nacía de una marginación centenaria, de sueños eternamente postergados. Salvador Allende dejó latiendo un pulso histórico que ha tardado en ser entendido en su cabal mensaje y compromiso: el honor, la lealtad, la fidelidad a la palabra empeñada, el sentido de coherencia.

Adolfo Sánchez Vázquez: filósofo, militante, humanista

Adolfo Sánchez Vázquez
Víctor Flores Olea   |   En días pasados, en la Facultad de Fi­losofía y Letras, tuvo lugar un muy pertinente homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez, con motivo del centenario de su nacimiento. Homenaje pertinente porque Adolfo fue sin duda uno de los profesores que más prestigio le han conferido a esa facultad universitaria y porque, en su campo, abrió ojos y caminos no sólo para estudiantes y profesores, sino porque al nivel de las polémicas universales que se despiertan alrededor de estos temas, el nombre de Adolfo Sánchez Vázquez está siempre presente como uno de los fundamentales. Nos enorgulleció su amistad y ahora nos llena de alegría el prestigio general que ha cobrado, como un gran intelectual que, desde la izquierda, supo llevar a lo más alto sus explicaciones e interpretaciones. Adolfo se hizo universal por propio mérito y así es considerado hoy por colegas de prácticamente todas partes del mundo.

Es muy impresionante su trayectoria. Desde los primeros años, en su natal Algeciras, despertó en él poderosamente el sentimiento de solidaridad que se debe a los más necesitados y este aspecto de su carácter, que fue en su vida aspecto central de su voluntad y vocación, fue seguramente uno de los motivos fundamentales de Adolfo Sánchez Vázquez como militante de izquierda, y posteriormente, de su muy completa formación intelectual en torno al marxismo, que fue sin duda, ya como profesional, uno de los aspectos más atractivos de su existencia.

6/9/15

Lenin en Zimmerwald

Foto de Lenin en 1915
Jean Batou   |   En estas fechas se celebra el centenario de la Conferencia de Zimmerwald que, entre el 5 y el 8 de septiembre, reunió a un puñado de socialistas opuestos al primer conflicto mundial, cuando la mayoría de las direcciones y electos socialdemócratas votaban los créditos de guerra e, incluso, algunos de sus líderes participaban en gobiernos beligerantes. En aquellos momentos Lenin, en minoría, consideró que los socialistas debían luchar por la derrota de su propia burguesía y la creación de una nueva internacional. Su trayectoria intelectual y militante, demasiadas veces descrita de forma superficial, merece ser revisada a la luz de su infatigable actividad revolucionaria en Suiza, desde septiembre de 1914 a marzo de 1917, en la que sin duda alguna Zimmerwald constituye un elemento fundamental.

La primera guerra mundial había estallado hacía un mes cuando Lenin llegó a Suiza tras haber sido encarcelado por un breve período en Austria-Hungría bajo la sospecha de ser un "espía ruso". Se instaló en un pequeño apartamento en la, según su propia expresión, "durmiente" Berna, donde se juntó con un grupo de bolcheviques exilados que compartió sus tesis sobre Las tareas de la social-democracia revolucionaria en la guerra europea. En ellas denuncia el voto de los créditos de guerra por parte de los jefes del socialismo alemán y la incorporación de sus homólogos franceses y belgas a ministerios burgueses. Sin capacidad para impedir la guerra imperialista, pero rechazando aprobarla, al menos habrían podido estar en posición de animar a las revueltas populares a luchar contra el poder de su propia burguesía, para derrocarla

Adolfo Sánchez Vázquez: los trabajos del exilio

Adolfo Sánchez Vázquez
Adolfo Gilly   |   Como de tantas otras cosas que hacen al sentimiento y a la inteligencia, Adolfo Sánchez Vázquez también nos dijo del exilio. Escribió del exilio nombrándolo y otras veces sin nombrarlo, apenas tejido como filigrana en sus escritos filosóficos, literarios, políticos, poéticos. Su escritura misma es un caso de la fertilidad literaria del exilio, de la larga cosecha mexicana que nos vino con la semilla del “Sinaia” o del “Ipanema” o con otros vientos que no tuvieron nombre pero semillas trajeron: Juan Gelman por ejemplo, por nombrar entre todos uno para mí muy querido.

“Fin del exilio y exilio sin fin” se llama un escrito ejemplar de don Adolfo sobre la realidad prolongada del exilio. Cuando las razones y las condiciones políticas o sociales que lo engendraron se difuminan y desaparecen, el exilio pues llega a su fin.

“Y entonces –nos dice Sánchez Vázquez– el exiliado descubre con estupor primero, con dolor después, con ironía más tarde, en el momento mismo en que objetivamente ha terminado su exilio, que el tiempo no ha pasado impunemente y que, tanto si vuelve como si no vuelve, jamás dejará de ser un exiliado”. Lo escribió Bolívar Echeverría en “Imposible regresar a Dublín”: “Transfigurada, la ciudad a la que uno quisiera regresar sólo puede existir en verdad, espejismo cruel, en el universo inestable de la memoria”.

¿Es esto irremediable? Es y no es. Al decir de don Adolfo, el exilio podría ser “la suma de dos raíces, de dos tierras, de dos esperanzas. Lo decisivo es ser fiel –aquí o allí– a aquello por lo que un día se fue arrojado al exilio. Lo decisivo no es estar, aquí o allá, sino cómo se está”.

Adolfo Sánchez Vázquez: Por un socialismo idealmente existente

Adolfo Sánchez Vázquez
Cristina Serrano Ortuño
Rolando Cordera Campos   |   De lo que aquí hemos hablado es del socialismo que quería Sánchez Vázquez, una opción inspirada por un marxismo nuevo, abierto, crítico, como era en definitiva el marxismo que correspondía al pensamiento de Marx. Se trata de reflexiones que han recorrido la historia de las sociedades modernas, y que han sido pensadas y abordadas desde diferentes y, quizá para algunos, insólitos miradores.

En 1949 un físico alojado en Princeton y llamado Albert Einstein, en un artículo publicado en el primer número de la legendaria, hoy benemérita, revista Monthly Review, se preguntaba ¿Por qué el socialismo? Y se respondía: porque sólo hay un camino para eliminar los graves males que definen la crisis de nuestro tiempo, cuya matriz identificaba con la anarquía económica propia del capitalismo, así como con la constitución de una oligarquía del capital privado frente a la cual ni siquiera una sociedad organizada democráticamente podía poner freno. Este camino, proponía Albert Einstein, es el de una economía socialista acompañada por un sistema educativo orientado a fines sociales.

Herbert Marcuse & Walter Benjamin: Racionalismo y Romanticismo

Foto: Herbert Marcuse
Foto: Walter Benjamin
Michael Löwy   |   La afinidad entre Marcuse y Walter Benjamin ha sido observada frecuentemente, pero nunca estudiada de manera sistemática. El punto de partida de esta afinidad se encuentra en sus raíces comunes en la cultura romántica alemana, en su nostalgia por las comunidades precapitalistas y en contraponer la "Kultur" artística a la prosaica sociedad burguesa. Hay una gran similitud entre la tesis de doctorado de Marcuse, Der deutsche Kün stlerroman (La novela de artista alemana) de 1922, y la de Walter Benjamin, Der Begriff der Kunstkritik in der deutschen Romantik (El concepto de crítica artística en el romanticismo alemán) de 1919

Este primer trabajo de Marcuse -recientemente reeditado- es fundamental para entender su evolución intelectual. Su tema es la contradicción entre el mundo de la Idea y el de la realidad empírica, entre el Arte y el universo burgués. Contradicción dolorosamente resentida y expresada por los románticos. Algunos de ellos, en particular Novalis, intentaron superar esta contradicción ignorando el mundo empírico, sustituyéndolo por una realidad ideal-un nuevo mundo imaginario, un reino de amor y de paz, Eros y Freya.

5/9/15

Economía Moral – Crítica de Lenin a la teoría de Danielson de la desocupación campesina de invierno

Lenin ✆ Dan Lacey
Julio Boltvinik   |   En El desarrollo del capitalismo en Rusia (Capítulo IV, sección X, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1950, pp. 305-311), V. I. Lenin describe (muy escuetamente) la teoría de la desocupación de la temporada de invierno (o de liberación del tiempo de invierno, según la traducción al inglés) de dos populistas (Naródnikis) rusos: V. P. Vorontsov, referido por su seudónimo V. V., y N. F. Danielson, referido con su seudónimo N.-on). No he podido revisar las obras de estos dos autores, pues sólo están disponibles en idiomas que no manejo: ruso y alemán. Lenin describe así la esencia de esta teoría (combino la traducción citada con la mía de la versión en inglés) cuyo autor único parece ser Danielson:
“Bajo el sistema capitalista la agricultura se convierte en una rama económica independiente, desconectada de las demás. Sin embargo, no se lleva a cabo todo el año, sino sólo durante cinco o seis meses. Por tanto, la especialización capitalista de la agricultura conduce a “la liberación del tiempo de invierno’ [o desocupación de invierno], a la ‘limitación del tiempo de trabajo de la clase agrícola a una parte del año”, lo cual constituye la ‘causa fundamental del deterioro de las condiciones económicas de la clases agrícolas”, de la ‘disminución del mercado interno’ y del ‘despilfarro de las fuerzas productivas de la sociedad’. [Las frases entre comillas simples son citas de obras en ruso de los autores populistas mencionados].

4/9/15

Antón Chéjov en la isla de Sajalín

Sajalín es una larga isla rusa de mil kilómetros situada al norte del Japón, mayor que Bélgica y Holanda juntas, con más de tres mil kilómetros de costas

Higinio Polo   |   Antón Pávlovich Chejov sólo vivió cuarenta y cuatro años, por una tuberculosis que lo llevó a la tumba, pero nos ha dejado delicadas estampas de la Rusia de su tiempo, desgarradores relatos sobre la ferocidad de su siglo, piezas teatrales conmovedoras y una comprensiva mirada sobre la gente que intentaba vivir bajo un imperio extenuado y unas décadas sin apelación, intentando capturar la vida que, según él, autores como Ibsen desconocían. Su abuelo fue un mujik que había comprado su propia libertad, y Chéjov nació y creció en Taganrog, en el mar de Azov, como Sedov, el explorador ruso del Ártico. A Antón Pávlovich le gustaba caminar por las praderas que habían recorrido los escitas, tierras llenas de hierbas olorosas, ruda, ajenjo y vendaval; descansar en los trigales, soñar el mundo subido a alguno de los carros de bueyes que utilizaban los campesinos, y navegar por las aguas perdidas del Azov. Era un hombre paciente, aunque poco inclinado a la veneración acrítica del pueblo ruso, a las austeras ideas tolstoianas; por eso, escribió: “algo me dice que hay más amor a la humanidad en la energía eléctrica y la máquina de vapor que en la castidad y la negativa a comer carne”. Hasta 1879 no se trasladó a Moscú. Era un joven de diecinueve años que empezaba a estudiar medicina, y que, después, comenzó a escribir relatos para ganar algunos rublos.