El 11 de mayo tuvo lugar un encuentro entre los estudiantes
de la Universidad Iberoamericana, institución privada, y el candidato de la
alianza del Partido Revolucionario Institucional y el Partido Verde Ecologista
de México, Enrique Peña Nieto, que, de inmediato, repercutió en la colocación
de los tres candidatos presidenciales con posibilidades reales de obtener “la
grande”: Andrés Manuel López Obrador, nominado por el Partido de la Revolución
Democrática, el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano; Josefina Vázquez
Mota, candidata del Partido Acción Nacional, y el propio Peña Nieto. En el
acto, los tradicionales métodos priistas salieron a relucir: movilización de
“simpatizantes” con carteles, ocupación del auditorio con estos acarreados
desde temprano y estrecha vigilancia de policías y otros elementos de
seguridad. El teatrito se les vino abajo al antiguo partidazo y sus aliados del
PVEM, una empresa al servicio de conocidos vivales.
Agredidos en su alma mater, los estudiantes de la UIA le
espetaron al ex gobernador del Estado de México: ¡Asesino!, ¡Cobarde!, ¡Fuera!
¡La Ibero no te quiere! ¡Atenco, Atenco! Un universitario le recordó que la
entidad más poblada de nuestro país tuvo los siguientes “logros” bajo su
mandato: “tercer lugar en carencia alimentaria, último en avance educativo,
primero en delitos y secuestros, 33 por ciento en feminicidios, segundo lugar
de acceso a drogas en escuelas y aumento desmedido de mil 335 por ciento en
publicidad”.