“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

14/7/12

Datos sobre el xilófono

El xilófono es un instrumento musical de percusión. Cada lámina se afina según un tono específico (nota musical) de la escala cromática. Como se puede afinar, se trata de un laminófono de sonido determinado. El orden de las láminas es similar al orden del teclado del piano. El xilófono utiliza tanto la técnica de tambor afinable como la avanzada de mazos. Tiene un timbre más vivo que la marimba, y las notas se sostienen menos. Los xilófonos modernos incluyen láminas de percusión cortas.

Un xilófono con un registro más bajo que el registro de la marimba se llama xilorimba. El recurso más utilizado para el xilófono es el trémolo, que se obtiene percutiendo alternativamente con ambas baquetas sobre una misma lámina. El xilófono requiere un gran virtuosismo por parte del percusionista. Su técnica actual es muy compleja y precisa de un gran especialista. Su papel en la actual orquesta no es el de ofrecer un toque exótico a la obra, sino que es un timbre independiente y muy importante dentro del desarrollo orquestal.

Nagoya Marimba Ensemble
 Música para xilófono 
Su evolución en la orquesta clásica, para llegar hasta el xilófono actual, es larga y azarosa. Aparece en Europa a principios del S. XV denominado percusión de madera (Arnold Schild en 1511). En 1528 se describió por parte de Martín Agrícola un instrumento formado por barritas de madera (sobre unas 25) al que denominó "Strohfiedel", y un siglo más tarde Michael Praetorius hizo lo mismo con un instrumento de 15 láminas dispuestas en hilera en forma de pirámide. Pero los hechos más importantes para descubrir el Xilófono son los grabados de Hans Hobein donde aparece, en uno de ellos un xilófono suspendido del cuello de un joven y la publicación en 1695 en Bolonia de "IL modo facile di suonare el sistro nomato il Tímpano" donde aparecen melodías populares cifradas para ser tocadas con un xilófono de 12 barras.

A lo largo de la historia se han ido describiendo instrumentos con las características de un xilófono y en el S. XVII aparecen diferentes modelos de algo parecido al instrumento actual, como el clavicémbalo de 4 octavas cuyas teclas estaban conectadas con unas bolitas de madera que golpeaban las barras, o bien el xilófono que era golpeado por debajo de las barras con unos martillos accionados desde un teclado.

En Europa, el conocimiento del xilófono data de la segunda mitad del S. XIX, cuando un músico Judío de origen ruso llamado Micha Joser Guzikow efectuó giras de conciertos por todo el continente con un aparato que en origen se utilizaba como instrumento melódico. Su virtuosismo atrajo la atención de Chopin, Lizt y Mendelsshon. Este instrumento era un xilófono de 4 hileras y 28 barras afinadas por semitonos y con una forma trapezoidal.

Charles de Try, constructor del Triphone, fue otro virtuoso del xilófono. Parece ser que durante un concierto de fue escuchado por el francés Camile Saint-Saëns, y éste, asombrado, decidió emplearlo en su Danza Macabra, introduciendo así el xilófono en la orquesta sinfónica. Más tarde lo volvió a usar en su obre El carnaval de los animales.

Después de esto es ya en el siglo XX donde el xilófono tiene su papel predominante, (aunque existieran algunos papeles para este instrumento en obras menores, piezas cortas o bien canciones populares escritas). En 1905 Strauss usa un pasaje de escalas repetidas en "Salome", Strawinsky en "El pájaro de fuego", "Petroucha", "Las bodas", etc. Y son Shostakovich, Prokofiev, Kachaturian, Gayanech, junto con todos sus coetáneos, los que introducen el xilófono por completo tanto en la escuela rusa de orquestación como en la tradición europea.

En Centro Europa Schoenberg escribió para tres xilófonos a la vez pidiendo que se tocara por dos ejecutantes, aunque hoy en día lo toca un solo ejecutante (Moisés y Aaron). Pero fue Bela Bartok quien mostró mayor interés por el instrumento, demostrándolo en multitud de obras con papeles importantes (El príncipe de madera, El mandarín maravilloso, Música para cuerdas, percusión y celesta, El castillo de barba azul y sobre todo la sonata para dos pianos y percusión).

El impresionismo francés usó el xilófono debido a su colorido tan particular y su velocidad de ejecución. Existen muchos ejemplos entre los que cabe destacar a Maurice Ravel y al Español Falla en "El sombrero de tres picos", o "El retablo de Maese Pedro".

A mediados del siglo XX se desarrolla por completo, tanto en lo tocante a su ejecución como en su aspecto técnico y físico, aportando de esta manera la posibilidad a la orquesta de su utilización completa, y es gracias a los compositores como Pierre Boulez que el xilófono hoy en día esté considerado como un instrumento imprescindible para la sección de percusión de una orquesta sinfónica.

Igualmente la llegada de verdaderos virtuosos de este instrumento ha hecho reaccionar a los compositores, y actualmente se pueden encontrar obras donde el xilófono tiene una importancia tan vital como cualquier otro instrumento solista de la orquesta clásica.

Presentamos aquí algunos ejemplos de música para xilófono, en solos virtuosos.


Steve Reich / Nagoya Marimba Ensemble