“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

13/5/13

Venezuela e Israel / Dos ejemplos de inversión

Salvador López Arnal

Especial para La Página
¿Recuerdan la metáfora de la inversión engelsiana-marxista respecto al filosofar idealista de Hegel? A pesar de algunas críticas rigurosas (¡era una metáfora, no más!) y su inevitable imprecisión, podemos probar con ella.

El pasado miércoles 8 de mayo, el activista revolucionario bolivariano Gerardo Rico murió, no de muerte natural, en el Hospital del Seguro Social de San Cristóbal "Dr. Patrocinio Peñuela Ruiz", en Táchira, “después de pasar 23 días en coma a causa de una golpiza dada por un grupo antichavista el pasado 15 de abril” [1]. Ha sido la décima víctima mortal tras la ola violenta desatada por sectores de la derecha extrema venezolana, tras su derrota electoral, en los días posteriores a los comicios presidenciales de 14 de abril (precisamente el día de la proclamación de la II República española).