“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/7/15

Grecia: El triste papel de la socialdemocracia

Núria Parlón, Beatriz Talegón & Enrique del Olmo   |   “En los momentos de crisis se descubre el verdadero eje del poder”, decía uno de los fundadores del socialismo, Federico Engels; pues bien, en este largo proceso de crisis en Europa y en su último epifenómeno —Grecia—, se ha desvelado por si hubiese alguna duda no sólo el verdadero eje del poder —los mercados financieros—, sino también todos aquellos que les hacen la ola una y otra vez.

Ríos de tinta corren sobre Grecia. Los apóstoles del pensamiento único del libre mercado se dirigen a los fieles desde los púlpitos que la prensa “libre” ha preparado para ellos. Las pizarras, tan de moda en el prime-time político actual, echan fuego. Sobre ellas, los expertos economistas escupen un dato tras otro, incansables en su labor evangelizadora, con el noble fin de que al ciudadano medio le quede marcada a fuego la ortodoxia del libre mercado. Una ortodoxia que señala a la propia Grecia como principal culpable de la crisis de deuda helena, y a sus responsables gubernamentales como radicales irreflexivos que se valen de la demagogia y el populismo para conducir al pueblo griego al abismo del desabastecimiento.

El nacimiento del neorrealismo italiano – 'Roma, Città Aperta'

Se cumplen siete décadas del estreno de “Roma, Città Aperta” (1945), la película de Roberto Rossellini que motivó el bautismo internacional del cine italiano de posguerra como neorrealismo, y que a nivel de lenguaje cinematográfico, en palabras de Jacques Rivette, “abrió una brecha por la que el cine entero debe pasar bajo pena de muerte”.

Manuel González Ayestarán   |   En plena ocupación nazi de Italia un director de cine católico (Rossellini) y un escritor comunista (Sergio Amidei) se reunieron para poner en común la voluntad de ser cronistas de su tiempo. Amidei comenzó a escribir el guión en junio de 1944 basándose en la historia real del sacerdote Luigi Morosini, el cual fue torturado y asesinado por colaborar con el Comité de Liberación Nacional. Rossellini por su parte comenzó a realizar tomas documentales de Roma cuando la ciudad aún se encontraba ocupada. Federico Fellini entraría algo más tarde a colaborar junto a Amidei en la elaboración del guión.

Juntos retrataron en el celuloide las ruinas que la historia dejaba en la capital italiana junto a aquellas personas que lo sufrieron, empleando un lenguaje cinematográfico espontáneo y liberado en el que primaban más los sentimientos y la vivencia de lo mostrado que las reglas de composición y el acabado de las escenas.