“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

2/4/14

El desarrollo paradójico del sujeto histórico en los siglos XX y XXI | Clase y multitud

Mercado de Tlatelolco, 1942
  Diego Rivera
Jorge Veraza  |  ¿Existe en la realidad contemporánea un sujeto histórico? El siglo XX vio surgir un proceso de desclasamiento de la sociedad, pero luego, con la globalización –operada en verdad por el más grande sistema imperialista (a despecho de Hardt y Negri) mundial– se ha generado un proceso de reclasificación, en el que multitud, masas, “nuevos sujetos”, pueblo, etcétera, se convirtieron en meros aspectos de la humanidad proletarizada. Confundidos en el referido proceso de  desclasamiento, Martín Heidegger, el estructuralismo y, hoy, los pensadores posmodernistas, deniegan al sujeto histórico, pues no observan el proceso de reclasificación. Este artículo expone, primero, el fenómeno real de la emergencia de un sujeto histórico en 2004; después discute la problemática teórica de denegación del sujeto de cara al estilo de intervención de G. W. Bush en su campaña para las elecciones presidenciales en Estados Unidos.