“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

10/7/12

La híper industria cultural en América Latina

Álvaro Cuadra

Especial para La Página
Las sociedades de América Latina están siendo sacudidas por una mutación de alcance planetario que pone en tensión sus más preciadas tradiciones y, en el límite, su cultura toda. Se advierte en todas las grandes urbes de nuestro continente una arremetida tecno-económica, cultural y política que va desplazando y desestabilizando las grandes instituciones sobre las que se forjó buena parte de nuestra historia.

Si, como nos propusiera Ángel Rama, América Latina nació bajo el sello gramatológico, la escritura y el pensamiento barroco; en la actualidad, habría que admitir que lo que ha entrado en una crisis profunda es, precisamente, aquella Ciudad Letrada -con toda su pátina ilustrada y civilizatoria- que inspiró a nuestros próceres de la Independencia de América.

La cuestión planteada es radical, pues aquella Ciudad Letrada es, ni más ni menos, la impronta de lo que hemos sido. Ella es la matriz de lo que han sido instituciones tan sensibles como nuestra educación alfabética, nuestros cuerpos legales y el modo en que hemos concebido lo político. Ella es el crisol que guarda las páginas infinitas de periódicos que relatan nuestras vidas; ella, en fin, es la que ha atesorado todo lo fino y espiritual cristalizado en los versos de nuestros poetas. En pocas palabras: La desestabilización de la Ciudad Letrada en América Latina es susceptible de ser entendida como la más abisal crisis de nuestra memoria.

El imperio contraataca

Luis Britto García

Especial para La Página
1. Un Imperio que se hunde en lo ecológico, lo social, lo económico, lo político, lo internacional y lo cultural recurre inevitablemente a la fuerza bruta.

2. Obama se acerca al final de su período en medio de una crisis espantable cuyo peso arrojó sobre los trabajadores y sobre la deuda pública, que llega al inaudito nivel de 102% del PIB. En Estados Unidos, elecciones y reelecciones se ganan destruyendo países indefensos. Obama necesita despojos ensangrentados que ofrecer a un electorado carcomido por la angustia.

3. Para este sacrificio humano, el Imperialismo Humanitario tiene un modelo: 1) agresiva campaña mediática de descrédito contra cualquier gobierno progresista; 2) infiltración de organizaciones no gubernamentales, sicarios, mercenarios o paramilitares que crean perturbaciones; 3) presentación de la defensa del gobierno legítimo como supuesta agresión contra un grupo opositor, una minoría étnica o ciudadanos indefensos; 4) movilización de mecanismos institucionales de deslegitimación instantánea del gobierno legítimo; 5) uso de la fuerza bruta interna o externa para imponer la decisión deslegitimadora.