“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

3/1/14

Pier Paolo Pasolini, destajo de suburbios

Pier Paolo Pasolini ✆ Jaime Clara
Higinio Polo

1. Exterior, noche. Playa de Ostia Antica, cerca de Roma. 2 de noviembre de 1975: En la madrugada, el rumor del mar oscuro de Ostia velaba el cadáver de Pier Paolo Pasolini. Había cenado con su viejo amor, Ninetto Davoli, en el Pommidoro, del barrio de San Lorenzo, y, sobre las once de la noche, se marchó solo, sin que se sepa todavía qué ocurrió. Se encontró con un muchacho de diecisiete años, Pino Pelosi, que se declaró culpable de su muerte, aunque se desdijo treinta años después, haciendo responsables a otros tres cómplices, cuyos nombres reveló.

Cuando el día despuntaba, una mujer encontró el cadáver del poeta, como un juguete roto, mutilado. Las causas de su muerte siguen siendo oscuras, pero, casi cuarenta años después, algunas revelaciones siguen hablando de crimen político, como algunos apuntaron en los años setenta. Entonces, Pasolini trabajaba en su novela Petróleo,