“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

24/7/13

Karl Marx enamorado

    Como todo hombre, el pensador tenía su costado romántico y era compartido por Jenny von Westphalen, su esposa, con la que vivió una historia de amor y de pasión
    Foto: Karl Marx y su esposa
    Jenny von Westphalen
Karl Marx, aquel notable intelectual que teorizara y predicara la liberación final del proletariado internacional, muchas veces endiosado o calumniado, ha dejado su semblante serio, deshumanizado, en su retrato más difundido. Sin embargo, como todo hombre, de carne y hueso, tuvo su costado sensible y romántico. Ante su fiel amigo, Friedrich Engels, llegó a admitir: “Mi espíritu está en gran parte absorbido por  el recuerdo de mi esposa, que fue la mejor parte de mi vida”.
¿Quién fue aquella mujer que acaparó el amor de Marx? Era Jenny von Westphalen, hija de una aristocrática y reaccionaria familia prusiana, a la que había conocido en su infancia y con quien había mantenido una intensa amistad, hasta que se comprometieron en 1836, para finalmente casarse en 1843, cuando Marx tenía 25 años y ella, 28. Tuvieron siete hijos, de los cuales sólo tres -todas mujeres- superaron los treinta años.