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Zygmunt Bauman ✆ Hugo Braz |
Zygmunt Bauman | Sobre
la base de estudios realizados en Gran Bretaña, Chile, Hungría, Israel y
Holanda, un equipo de trece miembros dirigido por el respetado sociólogo de
Oxford John Goldthorpe llegó a la conclusión de que ya no es posible
diferenciar fácilmente a la elite cultural de otros niveles más bajos en la
correspondiente jerarquía mediante los signos que otrora eran eficaces: la
asistencia regular a la ópera y a conciertos, el entusiasmo por todo lo que en
algún momento se considere "arte elevado" y el hábito de contemplar
con desprecio "lo común, desde las canciones pop hasta la televisión
comercial". Ello no equivale a decir que ya no existan personas
consideradas -en gran medida por ellas mismas- integrantes de una elite
cultural: verdaderos amantes del arte, gente que sabe mejor que sus pares no
tan cultivados de qué se trata la cultura, en qué consiste y qué se juzga comme
il faut o comme il ne faut pas -apropiado o inapropiado- para un hombre o una
mujer de cultura. Excepto que, a diferencia de aquellas elites culturales de la
modernidad, ya no son "connoisseurs" en el sentido estricto de menospreciar el gusto del hombre común o el mal gusto de los