- El filósofo analiza el caso del intérprete para sordos del
funeral de Mandela
Su nombre es Thamsanqa Jantjie, y ha venido para quedarse. Jantjie
es el traductor al lenguaje de signos para sordomudos que la lió en el funeral
de Nelson Mandela. Acusado de asesinato (de quemar a dos personas vivas,
concretamente), violación y robo en el pasado, Jantjie sufre esquizofrenia.
Durante el funeral dijo oír voces y ver ángeles. Medio mundo la ha tomado con
él, y el suceso ya ha generado más bibliografía secundaria que el
bosón de Higgs. Muchos se han reído.
Muchos se han indignado. Pero la canonización definitiva le acaba de llegar
ahora: Slavoj Žižek le ha dedicado todo un artículo en The Guardian.
Filósofo pop por excelencia, el esloveno ha hecho de Jantjie
el fantasma que acecha nuestras autocomplacientes fantasías. Žižek podría
suscribir las palabras del sudafricano, quien recientemente ha declarado estar
orgulloso de su destrezas para la traducción hasta el punto de autorpoclamarse
"campeón de la lengua de signos". ¿Por qué