“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/10/12

Islandia y el rechazo de la austeridad

Salim Lamrani

Especial para La Página
Ante la crisis económica, mientras la Unión Europea ha elegido el camino de la austeridad y ha decidido salvar a los bancos, Islandia, en cambio, ha procedido a la nacionalización de las instituciones financieras y ha rechazado las políticas de restricción presupuestaria. Con una tasa de crecimiento de un 2,7% en 2012, hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) saluda la recuperación económica del país.

Cuando en septiembre de 2008, la crisis económica y financiera golpeó a Islandia, pequeño archipiélago del Norte de Europa con una población de 320.000 habitantes, el impacto fue desastroso, como en el resto del continente. La especulación financiera llevó a los tres principales bancos a la quiebra, cuyos activos representaban una suma diez veces superior al PIB de la nación, con una pérdida neta de 85.000 millones de dólares. La tasa de desempleo se multiplicó por 9 entre 2008 y 2010, mientras que antes el país gozaba del pleno empleo. La deuda de Islandia representaba el 900% del PIB y se devaluó la moneda nacional un 80% con respecto al euro. El país cayó en una profunda recesión, con una disminución del PIB de un 11% en dos años.[1]                 >> Leia em Português

A propósito de una polémica lingüística

El género no es sexo. El sexo biológico no se materializa necesariamente en sexo semántico
El sexo es una realidad biológica diferencial de los seres vivos, mientras que género significa “clase, tipo”

Ignacio M. Roca

Tras la tempestad llega la calma, y la polvareda que hace unos meses levantó el informe lingüístico del académico Ignacio Bosque (Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, EL PAÍS, 4 de marzo de 2012) va perdiendo vigor y, así, el tema cayendo en el olvido. No debería, pues el asunto sigue muy vigente y posee importancia capital para la lengua.

El nudo de la cuestión es la idea asumida recientemente por parte del feminismo hispanohablante de que palabras de género gramatical masculino como vasco van referidas exclusivamente a varones, de manera simétrica a como el referente de sus correlatos de género femenino (vasca) se limita a mujeres. De ahí el ya célebre “doblete” “los vascos y las vascas” y semejantes, que tercamente persisten en labios de algunos políticos y personajes afines.