“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

23/9/12

¿Importa todavía Al Qaeda? / No existe un gobierno que se arriesgue a jugar a su supuesta incompetencia técnica

Immanuel Wallerstein

En el décimo primer aniversario de lo que ha llegado a conocerse como el 11 de septiembre, Al Qaeda sigue siendo un asunto discutido en repetidas ocasiones, tanto en Estados Unidos (y en el mundo pan-europeo en genera) y en Medio Oriente. El frecuente énfasis principal en Estados Unidos es el modo en que su poder está siendo contenido por acciones militares de muchos tipos, y por tanto hay la idea de que es una amenaza menguante. El énfasis principal en Medio Oriente parece ser el opuesto: que ha sobrevivido a todo lo que se ha hecho para decapitarlo y que continúa representando una amenaza importante para todas las otras fuerzas políticas en la región. Todo lo relativo a su historia y sus relaciones con los gobiernos y los movimientos es controvertido. Hay muy poco acuerdo, aun en torno a los hechos relacionados con los eventos más importantes. Comencemos por el 11 de septiembre mismo. Primero que nada debemos distinguir tres momentos en tiempo: los seis meses (o algo así) anteriores al 11; el día mismo y el año que siguió (o más o menos) al 11 de septiembre.