“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

25/2/13

Contando historias, haciéndonos mejores guionistas

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Cosa más compleja no hay que escribir, sufría Hemingway en diciéndolo. Se nos ha olvidado que contar historias es un trabajo que nos pide amasar, cribar, pulir y traducir lo que pasa en el tiempo. Un cuento es una historia breve, una que no debe superar cierto número de páginas, de personajes ciertos y de argumentos. El cuento es el fundamento del guión, tengo para mí. Contar historias vistas desde inhóspitas y variadas posiciones, como G. Talese en el periodismo o como Toulouse-Lautrec en pintura, es nuestra labor diaria, sí, es nuestra labor buscarlas y contarlas, crearlas y narrarlas, imaginarlas y describirlas, en fin, sudar para hacer que los fenómenos desperdigados tomen forma.

Datos sobre la batalla de Stalingrado

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  • “El patriotismo únicamente tendría cabida en un alma receptiva a lo sagrado y que en su propia experiencia haya apreciado su valor objetivo e incondicional, identificándolo en las reliquias de su pueblo”
Armén Oganesián

Hay momentos de la historia que, por su trascendencia y simbolismo, casi no dejan a la razón ni a la conciencia libertad para interpretar. Uno de ellos fue la batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial. Alexander Chubarián, director del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias de Rusia y creador de un manual histórico ruso-alemán, explica que las versiones de las partes sobre el gran choque a orillas del Volga difieren mucho. Pero peor sería si sus enfoques hubieran coincidido por completo.

Tiempo de revisión

Gustavo Márquez Marín

Especial para La Página
La esencia del Programa de la Patria  podría sintetizarse en  una frase: “consolidar la independencia nacional para avanzar en la construcción del socialista del siglo XXI”. Viabilizar ese propósito  pasa por impulsar la  superación del capitalismo rentístico y su correlato: la cultura rentista y consumista del despilfarro. La pregunta es: ¿Estamos remando en esa dirección?

El gran logro de la revolución bolivariana ha sido el fortalecimiento de la  independencia y autoderminación de la nación,  a través del ejercicio de la soberanía popular y del desarrollo de una política exterior libre de condicionamientos externos. En ello ha jugado un rol fundamental,  el rescate de la industria petrolera y el incremento considerable y sostenido de los ingresos fiscales derivados de la misma.