“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

13/12/13

El calor del pan | Para los revolucionarios rusos, Siberia era la única morada posible

Leon Trotsky ✆ Danny Vile
Juan Forn  |  En la última noche de 1926, Joseph Roth estaba en Moscú como periodista del Frankfurter Zeitung y pasó el Año Nuevo con un grupo de gente que fue llegando silenciosamente a su habitación de hotel, con botellas de vodka escondidas en los bolsillos. En Moscú, en 1926, ya había que cuidarse bien de lo que se decía delante de otros, pero el vodka fue soltando las lenguas y de pronto uno dijo: “En esta habitación vivió Kargan unos meses”. Todos soltaron los comentarios de rigor (es decir, todas variantes de la palabra traidor), pero después uno se animó a decir que lo había conocido en la prisión en Siberia, otro reconoció que lo había tratado en la clandestinidad del exilio, otro dijo que estuvo a sus órdenes en el Soviet de Petrogrado, y de a poco empezó a armarse ante los ojos de Roth una desordenada biografía coral sobre aquel revolucionario caído en desgracia, mientras la habitación de hotel se iba vaciando inadvertidamente (mejor no hablar de ciertas cosas, mejor ni siquiera oír ciertas cosas si uno quería evitar los problemas en Moscú en 1926).

En los tiempos del zar, como se sabe, caía en prisión un revolucionario y al tiempo se escapaban dos. Los revolucionarios decían que las cárceles eran sus universidades porque, en las horas muertas de encierro, los veteranos transmitían a los novatos lecciones sobre teoría y praxis de la revolución. La praxis era el plan de fuga, porque la obligación de cada revolucionario que caía preso era convertir a uno y fugarse después con él. Por eso empezaron a mandarlos a Siberia.

Cubismo y poder | De cómo la pintura puede ser la inspiración del arte de la guerra

Paisaje de Ceret ✆ Juan Gris
Javier Chiabrando  |  En la primera guerra mundial hubo un hombre que entendió que el arte no era sólo una cuestión de líneas o colores. Se llamaba Lucien Guirand de Scévola, era un joven pintor, amigo de Apollinaire y telefonista del ejército francés. A Scévola le molestaba mucho que sus propios cañones saltaran por los aires luego de disparar; es que por ocultos que estuvieran en bosques y montañas, al disparar se volvían demasiado visibles para el lógico ojo alemán. Scévola encontró la solución en el arte de la época, el cubismo. Los cubistas, encabezados por Picasso, Braque y Gris, pintaban la realidad sin compromiso por las apariencias. No buscaban un punto de vista único ni sensación de profundidad. Suprimían los detalles o representaban a los objetos por uno solo de ellos. Scévola se dijo que si podían hacer eso en un cuadro, podrían hacerlo en el frente de batalla. Nacía el camuflaje.

El camuflaje podía ser pasivo: esconder material bélico, rutas y puentes; o activo: crear lo que no existía, ejército, aeropuertos, árboles (o bosques enteros, pueblos) que por dentro

En Venezuela, la lucha de clases continúa | Una mirada desde Colombia al proceso bolivariano

Cristian Fabián Bejarano Rodríguez & Oscar Andrés Espitia Lombo  |  El pasado 6 de noviembre, el presidente Nicolás Maduro respondió a la desestabilización económica que sacude a Venezuela con una serie de medidas como: control tanto a los precios como al cambio de divisas;impulsoa lo que en Venezuela denominan, un gran operativo cívico militar contra la especulación y el acaparamiento; implementación de una fórmula productiva nacional para las empresas, que busca garantizar el funcionamiento y la productividad de las mismas; la creación de una corporación nacional de servicio, logística y transporte para comercio interno; y por último, unaserie de medidas para incentivar el ahorro.  Además, recientemente el Congreso le otorgó a Maduro el poder para legislar por decreto por un año, lo que se conoce

Agustín Pérez Celis | Un hombre bueno y afable, de corazón grande, solidario, honesto…

Agustín Pérez Celis
Gustavo Márquez Marín  |  El pasado 25 de noviembre, el camarada  y amigo entrañable  Agustín Pérez Celis,  se fue  con su mirada azul y su eterna sonrisa, con la mano firme en el timón “con rumbo hacia imposibles y ansiados continente” como diría Andrés Eloy, uno  de sus poetas predilectos, cuyos poemas de cuando en vez recitaba. Compartimos desde nuestra adolescencia sueños inconclusos y el  vértigo de sentirnos impotentes frente a la deslealtad y la traición impenitente que ha truncado mil veces  los sueños de la revolución auténtica, de la que nace y se hace para “ser libres de toda servidumbre, libres aún de nosotros mismos” como diría Charles Péguy, de quien en los días que corren recordamos su sentencia lapidaria: “La revolución será moral o no será, la revolución será económica o no será nada”.  

Agustín, fue un hombre bueno y afable, de corazón grande, solidario, honesto, humilde, fundador en Valencia de los “Círculos de Estudio Pro-Pueblo Jacques Maritain,  militante de la causa revolucionaria de la patria grande,  bolivariano radical, antiimperialista,

Militarismo

Ricardo Sánchez Ángel  |  El pasado jueves 21 de noviembre, el doctor José Fernando Isaza publicó una columna en el diario El Espectador con el mismo título de este comentario. Este ex ministro de Minas, ex presidente de Ecopetrol, Paz del Rio y de la multinacional japonesa Mazda y ex rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, realizó estudios sobre el gasto militar y su relación con el presupuesto público y las cuentas nacionales1. La Contraloría General de la Nación adelantó en su momento similares  indagaciones2. Tan sólo un puñado de investigadores y analistas se han ocupado de tan grande, importante y grave asunto, mientras los políticos, los partidos y los medios de comunicación hacen mutis por el foro.

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La columna del doctor Isaza es documentada, ofrece unas serenas y preocupantes reflexiones sobre el tema, en un contexto internacional comparativo y con la necesaria perspectiva histórica. Algunas de las cifras presentadas son elocuentes: el presupuesto del ministerio de defensa es el equivalente al 5,5% del PIB, mientras el gasto público en salud corresponde al 3,7% del PIB. En Colombia, los

Undécima carta a las izquierdas | ¿Ecología o extractivismo?

Boaventura de Sousa Santos  |  En la décima carta a las izquierdas afirmé que al inicio del tercer milenio las izquierdas se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre democracia y capitalismo; y el crecimiento económico infinito (capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y progreso. En este texto voy a centrarme en el segundo desafío.

Antes de la crisis financiera, Europa era la región del mundo donde los movimientos ambientalistas y ecologistas tenían más visibilidad política y donde la narrativa de la necesidad de complementar el pacto social con el pacto natural parecía gozar de una gran aceptación pública. Sorprendentemente o no, con el estallido de la crisis estos movimientos y esta narrativa desaparecieron de la escena política y las fuerzas políticas más directamente opuestas a la austeridad financiera reclaman crecimiento económico como única solución, y excepcionalmente hacen alguna declaración algo ceremonial sobre la responsabilidad ambiental y la sostenibilidad. De hecho, las inversiones públicas en energías renovables fueron las primeras sacrificadas por las políticas de ajuste estructural. Antes de la crisis el modelo de crecimiento en vigor era el