“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

7/10/13

El Che en el lente de Steven Soderbergh

Ernesto Joaniquina Hidalgo  |  En la reciente producción cinematográfica del director estadounidense Steven Soderbergh “Guerrilla” la ejecución a quemarropa del Che es trabajada con la habilidad de la cámara subjetiva cuando se abre con ímpetu resuelto la desvencijada puerta de aquel tugurio de adobe de La Higuera y un aura casi imperceptible de partículas de tierra seca se filtran en su interior, aquella señal tenía un presagio insólito a traición y pavura. Surge al ras del dintel una sombra medrosa con aliento alcoholizado, con trémulos pasos y cara desencajada de espanto, ingresa al recinto, lleva un fusil automático en las manos y se acerca al prisionero que yacía maniatado percibiendo su sentencia o quizá abstraído en sus pensamientos, vaya uno a saber tal vez dedicando sus últimos recuerdos al pueblo cubano y a Fidel como le anunciara en aquella carta de despedida si llegara su hora definitiva bajo otros cielos.

Soderbergh es un director reconocido en el mundo del séptimo arte y premiado por sus cintas Traffic y ErinBrokovich por los críticos de Hollywood, reconocimientos que le dieron el aval para crear toda una expectativa internacional desde el momento en que se rodó su proyecto cinematográfico “El