Amy Goodman | Esta
semana, Elsa Cruz interpuso una demanda ante un tribunal federal de Nueva York,
meses después de que la policía le disparara y matara a su esposo. En mayo de
este año, Cruz llamó al 911 para pedir ayuda para su esposo, Samuel. Temía que
no hubiera tomado su medicación mientras ella estaba de vacaciones en su país
de origen, Filipinas. Casi ocho meses antes de la muerte de Cruz, no muy lejos,
en Harlem, Hawa Bah llamó al 911 para pedir asistencia médica para su hijo,
Mohamed. En lugar de recibir asistencia médica, Mohamed se debió enfrentar al
Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York. Horas más tarde también
murió en su apartamento a manos de la policía, de ocho disparos, uno de ellos
en la cabeza. Su hermana, Oumou Bah, entabló una demanda contra la Ciudad de
Nueva York y contra varios oficiales de policía. Si bien ninguno de los juicios
les devolverá la vida a las víctimas, podrían evitar otras muertes al obligar a
los Departamentos de Policía de New Rochelle y de Nueva York a adoptar una práctica
policial cada vez más reconocida para lidiar con personas en