Afortunadamente, en nuestras sociedades constitucionales la
dinámica del mercado está limitada por las normas jurídicas, siendo la
Constitución la norma suprema. De no organizarnos así estaríamos aún más
expuestos a los caprichos irracionales del mercado, que todo lo sacrifica en
aras de una ganancia económica cortoplacista. Las Constituciones, primero, y
las leyes, después, moldean y constituyen el diseño institucional en el que
vivimos como
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
14/12/13
La democracia como obstáculo
Alberto Garzón
Espinoza | Las llamadas leyes del mercado no
operan en el vacío sino que se encuentran siempre institucionalizadas, es
decir, sujetas a un conjunto de reglas, normas, leyes, valores y costumbres que
operan como su límite. En consecuencia, hablar de tal cosa como el libre
mercado es tanto una exageración como una utopía. Es una exageración
porque siempre hay, aunque sea en grado reducido, algún tipo de regulación. Y
es una utopía porque, como advirtió K. Polanyi, cualquier avance de ese mercado
autorregulado pone en riesgo el orden social y genera un contramovimiento de
protesta/protección que acaba por neutralizarlo.
Etiquetas | Tags | Étiquettes:
Democracia
Mandela y la libertad de ser libres
Nelson Mandela ✆ UnGars |
Audio |
English |
Etiquetas | Tags | Étiquettes:
Amy Goodman,
EE UU,
Internacionales,
Política
Suscribirse a:
Entradas (Atom)