“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

25/7/12

Las sanciones económicas contra Cuba bajo la administración Obama

Salim Lamrani

Especial para La Página
La llegada al poder del Presidente Obama en Estados Unidos en 2008 marcó una ruptura de estilo respecto a la anterior administración Bush hacia Cuba. No obstante, salvo el levantamiento de algunas restricciones relativas a los viajes, las sanciones económicas siguen aplicándose, incluso de modo extraterritorial. He aquí algunos ejemplos recientes.

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Durante su campaña electoral en 2007, el entonces candidato Barack Obama hizo una lúcida constatación sobre el carácter obsoleto de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Una vez elegido, declaró su voluntad de buscar “un nuevo comienzo con Cuba”. “Creo que podemos llevar la relación entre EE.UU. y Cuba en una nueva dirección y lanzar un nuevo capítulo de acercamiento que continuará durante mi mandato”, subrayó. [1]

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Obama había denunciado la política de su predecesor hacia Cuba, el cual había limitado fuertemente los viajes de la comunidad cubana de Estados Unidos. “Se trata a la vez de una cuestión estratégica y humanitaria. Esta decisión […] ha tenido un impacto profundamente negativo sobre el bienestar del pueblo cubano. Otorgaré a los cubanoamericanos derechos ilimitados para visitar a sus familiares y mandar dinero a la Isla”, se comprometió.[2]  Obama cumplió su palabra. En abril de 2009 anunció el levantamiento de algunas restricciones que afectan a los cubanos que viven en Estados Unidos y que tienen familiares en la isla, que entró en vigor el 3 de septiembre de 2009. Desde entonces pueden viajar a su país de origen sin ningún obstáculo (en vez de catorce días cada tres años) y mandar remesas ilimitadas a sus familias (en vez de cien dólares al mes).[3]

Chile / La muerte del general Alberto Bachelet

Foto: General Alberto Bachelet  
Álvaro Cuadra

Especial para La Página
El juicio a dos coroneles en retiro de la Fuerza Aérea de Chile por torturas con resultado de muerte en la persona del general Alberto Bachelet pone en evidencia que el golpe de estado significó no sólo un crimen contra la población civil sino, y en primer lugar, al interior mismo de las fuerzas armadas. Todos los oficiales y suboficiales que no adhirieron a la asonada golpista fueron destituidos, torturados y, en muchos casos, asesinados por sus propios compañeros de armas. De hecho, hubo muchos uniformados “constitucionalistas” que en un gesto patriótico colaboraron lealmente con el gobierno del presidente Salvador Allende, siguiendo la llamada “doctrina Schneider”

La responsabilidad por tales crímenes no alcanza solo a quienes ejecutaron las órdenes sino, y muy especialmente, a los autores intelectuales que las dictaron. En el caso de la muerte por tortura del general Alberto Bachelet detenido en la Academia de Guerra, es necesario recordar que el director de dicha institución, en ese entonces,  era el general Fernando Matthei, quien fuera después miembro de la junta de gobierno. La red de terror tejida por los golpistas alcanzó a los más altos mandos de las instituciones armadas, comprometiendo a muchos uniformados en crímenes deleznables.

El juicio por el caso del general Bachelet abre un ignominioso y doloroso expediente de la dictadura, sin embargo, constituye un signo en el sentido adecuado. Como toda tragedia, la nuestra linda con la muerte y la vergüenza. Una tragedia anunciada por el coro vocinglero e insolente de un sector que sintió amenazados sus privilegios y que culminó con la Moneda en llamas y la muerte del presidente constitucional. Una inmolación que marca a sangre y fuego la historia de nuestro país hasta la fecha.

La justicia chilena no puede hacer oídos sordos a la demanda ciudadana, precisamente, por justicia y verdad. Hasta la fecha, los caminos establecidos han sido más bien tortuosos e ineficaces. Mientras en otras latitudes se ha llevado a los tribunales a los cabecillas de atrocidades similares a las cometidas en nuestro suelo, se advierte entre nosotros una cierta indolencia, acaso una negligencia, respecto al tema de los Derechos Humanos.

El reclamo de los familiares de las víctimas, sea que se trate de uniformados o civiles, no puede ser desoído por el Chile actual. La democracia que anhelamos debe construirse sobre las sólidas bases de una justicia cierta que devele toda la verdad de lo acontecido, por sórdido o triste que resulte. A las nuevas generaciones les asiste el derecho moral de conocer todos los pormenores relativos a la dictadura militar. Solo de este modo seremos capaces de superar los traumáticos efectos de nuestra tragedia colectiva en el presente.

Filosofía, la nueva mentora del mundo

A cualquier costo: Leer a Karl Marx
Eduardo Zeind Palafox
Especial para La Página

-Artículo especializado. Recomiendo que muchas empresas declaren que su razón social es la siguiente: "Entretener al Dueño de la Empresa". Los consumidores "cuentan" con las empresas. Uno "cuenta" con la carretera, con el agua, con la luz y con la Iglesia, cosas que siempre estarán ahí, cosas en las que no tenemos que estar pensando. Bueno, pues las empresas son cosas con las que "contamos".

Carecer de un artículo, de un buen servicio, de personal o de información puede provocar problemas o catástrofes. ¿Qué pasa cuando en una farmacia no encontramos un medicamento? ¿Qué pasa cuando un médico nos atiende con mala cara y nos dice que nos pudriremos más tarde o más temprano? ¿Qué pasa cuando en una emergencia no hay médico que nos opere? ¿Qué pasa cuando no sabemos a ciencia cierta qué y cómo es nuestra enfermedad? Pues pasan cosas bastante tristes.

He puesto el ejemplo de la medicina para mejorar la intelección, solamente por eso. Todos estos factores construyen, poco a poco, la Economía, es decir, el mundo en el que vivimos. ¿Es la Economía nuestro mundo? Sí, las prácticas y las relaciones económicas forjan la sociedad, dijo Marx.

Muchas empresas ignoran lo que pasa por la cabeza de la gente, pues creen que la gente es una masa, una turba sin nombre, sin rostro y sin sentimientos. Viajemos al interior del consumidor, como Verne lo hizo al penetrar en el centro de la tierra, para entender qué siente y qué piensa sobre el mundo. Y usemos como guía a la Señora Filosofía, nativa de la Psicología Humana.