“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

15/3/16

La caída de la demanda: ¿secuela reptando la realidad?

Immanuel Wallerstein   |   La ideología neoliberal ha dominado el discurso mundial durante los primeros 15 años del siglo XXI. El mantra ha sido que la única política viable para gobiernos y movimientos sociales era otorgar prioridad a algo conocido como mercado. La resistencia a esta creencia se volvió mínima, en tanto partidos y movimientos que se dicen a sí mismos de izquierda, o por lo menos de centro-izquierda, abandonaron su tradicional énfasis en medidas propias de un Estado de bienestar y aceptaron la validez de esta posición orientada al mercado. Arguyeron que por lo menos se podría suavizar su impacto reteniendo alguna pequeña parte de las históricas redes de seguridad construidas por más de 150 años.

La política resultante fue una que radicalmente redujo el nivel de impuestos para los sectores más acaudalados de la población, lo que por tanto incrementó la brecha del ingreso entre este sector acaudalado y el resto de la población. Las firmas, en especial las grandes, pudieron incrementar sus niveles de ganancia reduciendo o dislocando sus empleos.