“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

13/11/12

Sobre la formación marxista / Lenin sí supo hacer que las ideas de Marx obtuvieran forma, carne y sangre

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
La crítica constante se convierte en paranoia si carecemos del aparato filosófico adecuado para mesurarla. Un rasgo de la burguesía es su extremeña confianza en los ardides de la naturaleza. Los proletarios, en cambio, viven bajo una artificial "inconsciencia confiada". El hombre letrado o educado sabe que los seres humanos son malignos y estúpidos por naturaleza, mientras que el iletrado cree que las personas son buenas, pero que se corrompen en sociedad.

La bella trilogía leninista "escribo, leo, machaco" sirve para acostumbrarnos a la crítica. Atendamos a la sintaxis. ¿Por qué Lenin primero escribe, luego lee y al final machaca? Porque todo buen lector primero urde una tesis. ¡Magnífica forma de entender el método dialéctico! ¿Qué hizo que Lenin fuera un gran filósofo marxista? La acción constante, la corrección constante (el hombre inteligente comete errores pequeños que sabe corregir, pensaba Lenin). "Y la experiencia me enseña/ que el hombre que vive sueña", dice Calderón. Para Lenin las masas tenían que aprender "sobre la base de la experiencia", única trompeta capaz de despertar al proletario.